Lo sucedido en los últimos días con el futbolista Christian Eriksen puso en el centro de la escena a los casos por muerte súbita, pero sobre todo cómo actuar ante una situación de ese tipo y la importancia que tienen los desfibriladores al momento de salvar vidas.
La Fundación UDEC junto con la Federación Argentina de Cardiología, confeccionaron un mapa con geolocalización que muestra dónde hay desfibriladores en el territorio argentino, y por consiguiente en La Plata. Cabe aclarar que los marcados a continuación no son todos los que existen, sino que son aquellos sobre los que estas instituciones tienen conocimiento y registro.
El Gran Desfile de Mascotas llenó de color La Plata en versión Halloween. Diversión, disfraces y conciencia sobre el cuidado animal en la Plaza Azcuénaga.
Estudiantes de Comunicación Política de la UCALP realizaron un simulacro electoral con gran participación, mostrando creatividad y entusiasmo estudiantil.
“Para que un aparato de este tipo funcione bien, primero lo que se debe tener es un ‘PRI’ (Programa de Respuesta Interno), que es lo que en verdad termina haciendo eficaz el uso del desfibrilador en casos de emergencias”, dijo Dr. Daniel Corsiglia -Presidente de la Fundación UDEC y también de la Sociedad de Emergencia de la provincia de Buenos Aires-, en diálogo con 0221.com.ar, haciendo hincapié en la necesidad de tener una buena capacitación.
Corsiglia asegura que son muchos los desfibriladores que hay dando vueltas, pero los propietarios no realizan una acreditación en el organismo correspondiente, ya que eso traería aparejado un asesoramiento al momento de utilizarlo, como también así la obligación de implementar un PRI para que rija en el lugar o comunidad en el que se encuentre el aparato.
“Sería ideal poder tener un registro exacto de estos aparatos, con geolocalización y que cada uno de ellos esté funcionando bajo el monitoreo y la metodología adecuada. Desde nuestros organismos trabajamos para eso, pero falta concientizar sobre la importancia que tiene este tema y la cantidad de vidas que podrían salvarse”, explicó Daniel, poniendo como ejemplo al Programa Ariadna, el cual es implementado en España y cumple con los requisitos descritos anteriormente.
Para el médico especialista y abocado a trabajar estos casos, lo sucedido con el futbolista danés Christian Eriksen, es “una buena propaganda para tomar dimensión de lo que puede causar un desfibrilador y los resultados positivos que trae una utilización correcta”. Para quienes luchan por difundir la enfermedad de muerte súbita, la visibilidad que tuvo lo ocurrido el pasado sábado en el partido de la Eurocopa es algo muy bueno y que buscan aprovechar al máximo para mantener al tema en discusión.
“Pocas veces tenemos la posibilidad de salvar una vida de manera tan impactante como cuando hacemos el esfuerzo de la reanimación ya que los acontecimientos ocurren a gran velocidad, exigen una respuesta inmediata y precisa y los tiempos de reflexión son casi nulos y dar una pelea sin descanso a la Muerte Súbita, a este asesino en serie y silencioso que ingresa a nuestras casas, a nuestros trabajos y a nuestra vida de golpe y sin pedir permiso es un desafío permanente, un compromiso ineludible, un acto de solidaridad y un compromiso social de la institución que nos convoca”, detalla Corsiglia en un comunicado oficial emitido, por los organismos que representa, luego del caso de Eriksen.
Con estas explicaciones y exposiciones realizadas por Daniel Corsiglia, podemos dar cuenta de que la compra de un desfibrilador (que varía entre unos 1.800 y 2.200 dólares) o solo tenencia del mismo, no es suficiente si se quiere combatir a la muerte súbita, por lo que también deberá haber personal y un ámbito capacitado para la utilización efectiva del aparato que puede salvar la vida de cualquier persona.