En el marco de la pandemia global por COVID-19, que ya causó la muerte de más de 3.7 millones de personas en el mundo, los expertos se pronunciaron sobre la letalidad de la enfermedad en franjas etarias cada vez menores.
En el marco de la pandemia global por COVID-19, que ya causó la muerte de más de 3.7 millones de personas en el mundo, los expertos se pronunciaron sobre la letalidad de la enfermedad en franjas etarias cada vez menores.
La segunda ola de coronavirus en Argentina no da respiro y pese al avance firme de la campaña de vacunación, preocupa el fenómeno creciente de la mortalidad juvenil. De acuerdo a un informe del Ministerio de Salud de la Nación sobre niñez, adolescencia y COVID-19, los casos de menores de 20 años hasta el 1 de junio del 2021 correspondieron a 375.293 niños y adolescentes, por un total del 9,9% de los contagiados, de los cuales 341.364 se recuperaron y 220 perdieron la vida.

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En esta línea, el informe puntualiza que además 90 hombres y 30 personas de las cuales no se determinó el género (de entre 20 y 39 años) murieron por coronavirus. En cuanto a la franja etaria que va desde los 40 a los 59 años, las víctimas fueron 1.216 hombres, 840 mujeres y 33 personas no diferenciadas por género.
La realidad es que en el pico de contagios que se contabilizó en los últimos meses, la preocupación aumentó en torno a la marcada cantidad de casos e internaciones en franjas etarias cada vez menores. “Se observa un aumento en el número de casos en la población de 30 a 59 años con riesgo de padecer una enfermedad severa con su consecuente hospitalización”, explicó Lilián Testón, médica especialista en enfermedades infecciosas y coordinadora de Epidemiología de la Fundación de Centros Estudios Infectológicos Dr. Daniel Stamboulian (FUNCEI), en diálogo con Infobae.
“Esto se debe principalmente a un aumento global en el número de casos, una población de adultos mayores que se encuentra parcial o totalmente inmunizada y permanece desde el comienzo de la pandemia con mayores medidas restrictivas y a su mayor exposición al virus principalmente por su circulación secundaria a actividades laborales y la presencia de la variante ‘Gamma’ o Manaos, cuya característica principal es su alta transmisibilidad”, puntualizó.
Por su parte, la doctora en virología Laura Palermo, docente de la Facultad del programa de Biología Humana en la Universidad Hunter y en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, explicó que un ejemplo del aumento vertiginoso de la letalidad en jóvenes se observa en Brasil, “en donde el número de niños que murieron de coronavirus es particularmente alto si se compara con los números que se observan en los Estados Unidos”, señaló.
Asimismo, los expertos en infectología precisaron que entre los posibles motivos se puede contabilizar la falta de detección temprana de la enfermedad, que genera un retraso en la intervención médica. “Habría que pensar por qué no es accesible y una posible razón es la falta de recursos y el asumir que los niños no presentan una enfermedad por COVID severa”, afirmó Palermo y añadió que las nuevas variantes de coronavirus pueden significar un factor importante, “algunas de las nuevas mutaciones que tienen estas nuevas variantes contribuyen a que el virus se transmita más fácilmente en niños o en jóvenes, genere más hospitalizaciones y por consiguiente aumente la mortalidad. Es posible que este fenómeno no solamente se dé entre los más jóvenes sino que suceda en todos los grupos etarios”, indicó la viróloga.
De acuerdo a lo declarado por la infectóloga Isabel Cassetti, directora de Helios Salud, “en esta segunda ola observamos un aumento de los casos de COVID-19 en población más joven, entre los 20 y 40 años, comparando con el año 2020. Más adolescentes y adultos jóvenes han adquirido COVID y con formas más complicadas, pero sin aumento de la mortalidad”.
Además, Cassetti precisó que está demostrado que las muertes asociadas a la población joven estuvieron vinculadas en su mayoría a condiciones preexistentes, “sin la presencia de estas comorbilidades no podemos afirmar que la mortalidad en este grupo etario sea mayor. La edad es un factor de riesgo independiente asociada a la mortalidad. Sigue siendo más elevada en los mayores de 50 años y aumenta en cada década de la vida”, graficó la infectóloga.
En la lista de posibles razones por las cuales la infección por COVID-19 parece afectar más a los jóvenes, Cassetti mencionó que la circulación, las reuniones numerosas en lugares cerrados, las actividades esenciales, la falta de vacunación y la baja percepción del riesgo sanitario son los factores que repercuten en una infección por coronavirus que hoy en día circula en forma de cepas evolucionadas y más letales.
De acuerdo a la médica, “la presencia de cepas más transmisibles impacta a todas las edades, también a los jóvenes. Será necesario seguir estudiando el comportamiento de la pandemia en nuestro país en los distintos grupos de edad, con y sin comorbilidades, pero sin duda cuando la vacunación alcance a los jóvenes tendremos un mejor escenario. En el mientras tanto, es muy importante que los jóvenes se cuiden y cuiden a los adultos de mayor edad aunque éstos estén vacunados”, recomendó.
Por su parte, Tomás Orduna, médico infectólogo integrante del consejo de asesores del presidente Alberto Fernández, declaró que las muertes en franjas etarias menores se dan en función de la cantidad de casos de la población. “Al día de hoy, los menores de 60 años representan uno de cada tres fallecidos, todavía 65% de los casos totales corresponden a personas mayores de 60 años”, precisó.
“Lo que sí está claro es que las curvas de cantidad de fallecidos por arriba y por debajo de 60 años han cambiado, ya que mientras ha descendido de manera muy importante la curva de mayores de 60 producto de la vacunación que prácticamente supera al 87% del total en esta franja etaria”, puntualizó y además explicó que mucha más gente joven ahora está expuesta porque la segunda ola de COVID-19 duplicó la cantidad de casos respecto a la primera e intensificó la gravedad de las internaciones.
En esta línea coincidió Gabriela Piovano, médica infectóloga del Hospital Muñiz, que sostuvo que el fenómeno de la mortalidad en jóvenes se dio en una fracción muy baja de adolescentes y niños. “Inclusive muchos de los que habían evolucionado mal tenían alguna comorbilidad. Cuando se amplió la población infectada, se empezó a ver la muerte en este sector. Y pasaron dos cosas: se incrementaron los trastornos inmunológicos que no tienen que ver con la diabetes u obesidad presente en jóvenes, fuertes procesos inflamatorios y respuestas inflamatorias que causan más daño en esta franja etaria”, añadió.
Por otro lado, la especialista aclaró que la reinfección puede ser más severa. “Muchos jóvenes ya se infectaron el año pasado, y ahora se están volviendo a infectar pero con una variante por ejemplo local, inmunológicamente distinta”. Esto genera que la segunda infección sea más grave porque el sistema inmunológico reacciona con una respuesta exagerada “con mayor ímpetu, y aparece la neumonía, con un desenlace fatal en ciertos fenómenos”.
De acuerdo a lo declarado por los especialistas, existen diversos factores que entran en juego para que el coronavirus genere graves consecuencias en grupos cada vez más jóvenes de personas. Los expertos mundiales consideran que la falta de vacunación y la mayor circulación son variables de exposición que marcaron el aumento de casos en las franjas de menor edad.