La Sala I del Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires dio un giro en la causa por la muerte del menor Lucas Lin (ahogado en la pileta de la colonia de vacaciones del Colegio Lincoln de La Plata) y ordenó que Gerardo Monreal, dueño de la institución, y dos funcionarios municipales vayan a juicio oral junto con los guardavidas que tenían a cargo la seguridad en el natatorio, según se desprende de la resolución a la que accedió 0221.com.ar.
Los jueces Daniel Carral y Ricardo Maidana hicieron lugar parcialmente al planteo de los abogados Matías Pietra Sanz y Andrea Reynoso, quienes apelaron los sobreseimientos dictados por la Cámara de Apelaciones de La Plata y ordenaron que Rubén Gerardo Monreal (homicidio culposo), Myriam Viviana Salinas y Diego De Luca (ambos por incumplimiento de los deberes de funcionario público) vayan a juicio oral junto al resto de los acusados. Además confirmaron los sobreseimientos de Mónica Cauteruccio, Fernando Sebastián Parodi y María Daniela Tost Peruggi, los dos últimos asistidos por el abogado Marcelo Peña.
La defensa de Monreal, a cargo del jurista Juan José Losinno, ya fue notificada de la resolución. Consultada sobre los pasos a seguir dijo: “Hoy me notificaron, lo estoy analizando” y no descartó llevar sus planteos ante la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
La causa se encuentra radicada en el Tribunal Oral Criminal III de La Plata. Los acusados son Carolina Muro, Osvaldo Ramos, Marcos Echaniz y Rosana Costa, por el delito de abandono de persona seguida de muerte para la primera y homicidio culposo para las otras tres personas acusadas. También incluye esa nómina a Martín Argüelles (coprocesado junto a Muro) cuya defensa consintió la elevación a juicio del caso. La acusación está en manos de la fiscal Helena de la Cruz.
EL CASO
El 5 de febrero de 2019, Lucas Lin y un grupo de compañeros fueron a la colonia del Colegio Lincoln. El pequeño murió ahogado alrededor de las 15.30 en una pileta de grandes dimensiones, en un lugar donde no había cámaras de monitoreo.
Si bien cuando llegó la fiscal "había colocada una soga para indicar el lugar de la pileta a partir del cual cambiaba la profundidad", varios testigos aseguraron que "no había ninguna soga puesta cuando murió el nene", de acuerdo a los voceros judiciales.