El martillero Daniel Guindani mantuvo una nota a fondo con este medio a pocos días de la elección en el Colegio de La Plata y se refirió, entre otros puntos, a la inserción de jóvenes profesionales y la persecución del Colegio a quienes se suman a la Red, entre otras cuestiones.
-Si tenemos presente que en la provincia de Buenos Aires cerraron 500 inmobiliarias en 2019; en mayo de 2020, 8 de cada 10 no concretaron operaciones; y al inicio de este año, el vice del Colegio de Martilleros bonaerenses dijo que “Argentina afronta una pandemia inmobiliaria”. ¿Podría decirse que el negocio de las inmobiliarias caducó?
- No, para nada. Viendo la realidad de mis colegas adheridos a la red REMAX, el negocio inmobiliario no está caduco. Sí hubo, durante 2019, un cambio en el mercado en base a la realidad económica, fundamentalmente por el alza del dólar y la creciente inflación: de allí en adelante el mercado estuvo a la baja, con fuerte caída de los precios. Eso pudo haber motivado que muchos no tuvieran la información adecuada que les permitiera adaptarse a esta realidad. Además, sumado a la falta de apoyo y guía por parte del Colegio, muchos quedaron fuera de la tendencia del mercado y la comercialización. No creo que haya habido una “pandemia inmobiliaria”, hubo una pandemia que obligó al uso de nuevas herramientas y redoblar esfuerzo para que el negocio siguiera fluyendo.
-Estamos trabajando como siempre, enfocados en las necesidades del cliente, poniendo toda nuestra energía en satisfacer los requerimientos de la oferta y la demanda. Mientras en otras oficinas decrece la cantidad de operaciones, las oficinas alineadas con el sistema REMAX pudimos mantener el volumen de operaciones y en algunos casos crecer. No es casualidad que una de cada cuatro operaciones de compraventa que se realizan sean a través de profesionales que elegimos a REMAX como apoyo para seguir creciendo.
-¿Los malos resultados del sector tienen relación con la resistencia de algunos martilleros o del Colegio a incorporar tecnologías y capacitación para brindar mejores servicios?
-No me atrevo a decir que sea la causa de los malos resultados de muchos colegas la actitud del Colegio, aunque tiene que ver en algunos aspectos. Los colegas que adhirieron a una franquicia cuentan con otro tipo de herramientas tecnológicas, capacitaciones permanentes tanto en lo profesional como en lo comercial, análisis permanentes sobre las variaciones del mercado, etc. Todo ello lleva a que cuando una persona quiere comprar o vender tenga a una de nuestras oficinas como una de las primeras opciones de consulta. Esto es en base a la atención, conocimiento y buenos resultados. Por eso, en 2020 una de cada 4 propiedades que se vendieron en La Plata fueron comercializadas por martilleros de la Red REMAX: un 25% del mercado de compra venta pasó por la Red. Hoy son muchos los colegas de La Plata que más allá de la persecución y publicidad negativa por parte del Colegio, eligen compartir operaciones con oficinas de la Red, ya sea porque tenemos la propiedad que su cliente necesita o por tener el cliente para el inmueble que ellos ofrecen. La mayoría ha visto que seguir la propaganda del Colegio, demonizando a colegiados con buenos resultados, no les suma. Por el contrario los aleja del mercado. Nosotros tenemos una política de puertas abiertas y compartimos operaciones no solo dentro de la red, sino con todos aquellos que quieren relacionarse pese a las amenazas del Colegio.
En nuestro esquema de trabajo, el profesional responsable que se encuentra al frente de cada una de las oficinas (como es mi caso) puede concentrarse en los aspectos que hacen a la profesión, marcha del mercado y a las necesidades particulares de cada cliente. Además, pueden dejar las actividades secundarias que no requieren necesariamente de la intervención del profesional, en colaboradores debidamente capacitados para realizar tareas de carácter comercial y no profesional.
-¿Por qué el Colegio persigue a los martilleros que trabajan con REMAX?
-Creo que se nos persigue porque han hecho de esto una cruzada. Por más que se dieran cuenta de que es un error, cada vez les es más difícil volver atrás. Desde los inicios de REMAX en la Plata en 2007, el entonces presidente del Colegio, que casualmente es el mismo que hoy, nunca cambió. Dijo públicamente en una reunión que en tres meses cerraba la primera oficina REMAX, lo cual no sucedió, nunca pudieron cerrarlas. De allí en más todo fue escalando por parte del Colegio, publicitando cada medida persecutoria como una gran conquista. Su eslogan fue “luchemos contra la ilegalidad” y así fue creando un clima hostil a las franquicias entre todos los martilleros, con todo tipo de atropellos y medidas arbitrarias. Con esta publicidad fue haciendo campaña. Luego vino “las profesiones no se franquician”, falsedad total dado que no franquiciamos nuestra profesión por adherir de una marca franquiciada que brinda servicios a inmobiliarias. Con estos estandartes y complicidad de sus eternos socios, el presidente ha logrado varias reelecciones, atornillándose en el sillón de presidente durante casi dos décadas. Eso le permitió manejar el Colegio a su gusto y ser uno de los directores de la Caja de Previsión, que maneja los aportes de todos los colegiados.
Siempre fue imposible cualquier acercamiento. Los Martilleros de la Red REMAX muchas veces trataron de acercar al Colegio propuestas con ideas innovadoras, que ayudaran a la modernización de la profesión, pero nunca fueron escuchadas. Tengamos en cuenta que son muchos los Martilleros que se han dado cuenta de por dónde va el negocio e intentan copiarnos, tratar de tener un sistema de comercialización similar al nuestro. Pero no lo pueden hacer, al menos abiertamente, por el temor a las represalias del Colegio.
En mi caso, nunca tuve una causa disciplinaria por mal ejercicio de la profesión. La única causa disciplinaria que tengo iniciada por el Colegio es por adherir a la red REMAX. ¿El “argumento”?: que está prohibido, que presto mi nombre, que tengo un nombre de fantasía. Nada de eso es real. Yo ejerzo mi profesión usando mi propio nombre, trabajando a diario en mi oficina e iniciando y concluyendo cada una de las operaciones como corresponde. Llevo en legal forma los libros de operaciones, declaro las operaciones que se realizan y hago los aportes correspondientes a la Caja y al Colegio (o mejor dicho sus actuales autoridades). Por su parte, el Colegio, en lugar de cuidarme y protegerme, me persigue, hace falsas acusaciones, me difama. Así es muy difícil la integración como colegas.
-El Colegio ¿qué medidas debería tomar para que en una profesión liberal como la del martillero, cada matriculado pueda elegir bajo qué forma trabajar?
-Lo mejor que podría hacer el Colegio es escuchar a aquellos profesionales martilleros que tenemos una mirada distinta, debatir, analizar y adecuar de ambas partes lo necesario para integrarnos. Esto provocaría que muchos que hoy nos ven como enemigos, nos conocieran, pudieran analizar nuestra metodología de trabajo y sumarse para poder crecer.
Muchos martilleros jóvenes, que hace poco egresaron de los institutos de formación profesional, se acercan a nuestras oficinas con la intención de sumarse, aprenden con nosotros (en esa primera etapa, que en todas las profesiones es tan difícil),y así tener ingresos. Con nosotros tienen las puertas abiertas para sumarse a cualquiera de nuestras oficinas. Claro, antes de sumarse consultan al Colegio como entidad madre de la profesión, donde los amenazan con iniciarles una causa disciplinaria si se suman a la Red; les dicen que los suspenderán y les quitarán la matrícula. Muchos jóvenes martilleros desisten por temor. El Colegio, en lugar de ayudarlos a abrirse camino en la profesión, les cierra las puertas de una de las mejores alternativas que tienen los nóveles martilleros para lograr resultados rápidamente. Los priva de la posibilidad de iniciar su camino dentro de una oficina con resultados positivos a la vista, sobre todo en un momento tan difícil del mercado. No les importa el daño ni la libertad de elección, solo les importa la guerra que ellos mismos crearon y no se animan a finalizar.