La martillera Fabiana Di Girolamo decidió abandonar su profesión, pero las trabas que le impuso la institución encargada de representarla le impidieron cumplir su objetivo. Convencida de que la estructura actual del Colegio retrasa el crecimiento de los martilleros, explica por qué debería modificarse la Ley de Ejercicio Profesional y cuenta su caso.
Cuando Fabiana Di Girolamo definió que dejaría de lado su negocio de martillera, nunca pensó que se convertiría en un dolor de cabeza provocado por sus propios "representantes". Con larga experiencia en el rubro, hoy se atreve a desnudar una verdad que muchos colegas sufren a diario: falta de apoyo al sector, carencia de desarrollo y vicios institucionales que no ayudan al profesional. En esta entrevista con 0221.com.ar, cuenta qué piensa y cómo vive este momento el rubro inmobiliario.
- El negocio inmobiliario en sí no está agotado, lo que estaría pasando es que los colegios profesionales están manejados por martilleros que no se actualizan de acuerdo con las tendencias a nivel mundial. Si a eso le sumás que el Instituto de Formación Profesional está manejado por el Colegio de Martilleros y por los “socios” de las autoridades de turno, que en La Plata llevan más de 15 años con las mismas prácticas, el resultado es que seguís formando martilleros bajo la vieja modalidad. Que siguen sentados en sus oficinas a esperar que vengan los negocios, mientras que el mercado actual, con los avances tecnológicos y demás herramientas a disposición, como lo son las redes sociales, visitas virtuales, firmas digitales, etc., demanda una actualización permanente.
- Claro, el tema es si te subís al tren o te quedás parado en el andén viendo cómo se aleja. Los martilleros que han elegido adherir a una de las varias franquicias a disposición, en especial los que se encuentran en la red REMAX, han crecido notablemente; basta con ver sus oficinas, el movimiento constante de clientes que tienen y la cantidad de operaciones que concretan mensualmente, para darse cuenta por donde va la cosa.
- ¿Usted plantea una especie de subestimación del martillero tradicional contra los nuevos modelos de venta?
- De los martilleros no, de las autoridades actuales del Colegio que han demonizado a los martilleros que adhieren a esta metodología de trabajo, diciendo que las profesiones no se franquician. Todas las oficinas que adhieren a las franquicias tienen un martillero colegiado responsable, que se ocupa de todo lo que es de incumbencia profesional.
- ¿El problema es de la institución colegiada en sí, no profesional?
- El problema no es profesional y no debería discutirse en este ámbito; el problema es comercial: las oficinas que adhieren a una franquicia se quedan con una gran parte de la cuota de mercado. Entonces, reitero, el problema no es profesional, es comercial y son precisamente los competidores en el negocio los que pretenden regularlos, pero no por una cuestión o con criterio de legalidad, de fondo es por un problema de competencia comercial.
- ¿Pero los Colegios no deben defender a sus profesionales asociados?
- Con la dinámica actual, con autoridades que se eternizan en el poder, como el actual presidente del Colegio de Martilleros de La Plata (Aníbal Fortuna), que lleva 17 años ininterrumpidos en el cargo, o como en otros casos donde cambian los nombres por otros que representan los mismos intereses para que nada cambie, los colegios no representan a las nuevas generaciones o tendencias de los mercados, que no hacen otra cosa que decirnos cuáles son las necesidades de los destinatarios de nuestra labor, los clientes. Y hoy los martilleros, en base a publicidad engañosa por parte de los colegios, consideran enemigos a aquellos profesionales que elegimos adherir a los servicios de una franquicia, o a los servicios de una Red de oficinas que contratan servicios que brinda una marca o un sistema tecnológico, amenazando con sanciones y otros tipos de persecuciones a aquellos martilleros, sobre todo jóvenes, que se interesen en sumarse a esta modalidad de trabajo, negándoles a estos aprender e integrarse a las tendencias mundiales que han demostrado una mejor calidad y cantidad de servicios. Además, no sólo beneficia a los clientes, también a los martilleros ahorrándoles tiempo y esfuerzos; generando mayores ingresos con prácticas dinámicas y modernas de oferta para poder satisfacer la demanda. No es casual que en el último año 1 de cada 4 propiedades vendidas fueron comercializadas por las oficinas adheridas a la red RE/MAX.
- En base a sus críticas, ¡quién debería conducir el Colegio de Martilleros de La Plata?
- Me entusiasma el hecho de que, por primera vez, el Colegio esté presidido por una mujer.
- ¿Y qué más debería cambiar?
- Para que los cambios se hagan efectivo sería necesario una modificación en la legislación actual. La Ley de Ejercicio Profesional, la Nº 10973 es de 1990 y su última actualización de fondo se realizó, por Ley 14085, en 2009. Debería generarse un debate amplio, con intervención de todos los sectores interesados, donde se pueda debatir no solo sobre la situación actual, sino con vistas a un futuro que traerá muchos cambios en relación a las formas tradicionales de comercialización y deberán estar previstos en la legislación.
- Usted se ha mostrado crítica también a la relación entre la Caja de Martilleros y el Colegio, ¿deberían ser independientes ambas instituciones?
Sí, totalmente. Como sucede en otras profesiones, con mayor experiencia en la materia, como la Caja de Previsión para Médicos o la Caja de Abogados, que si mal no recuerdo lleva más 70 años funcionando con excelentes resultados, su Caja funciona independientemente de los colegios profesionales y las autoridades son elegidas directamente por los beneficiarios. La ley de creación de la Caja de Previsión Social para Martilleros data del año 1965 y dice que es “autárquica e independiente”, pero el gobierno y administración de la misma es ejercido por el Consejo Superior del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de la Provincia, que no son otros que los presidentes de los distintos Colegios Departamentales; es decir que no es independiente, es totalmente dependiente de los Colegios. Imagínense en el caso del Colegio de La Plata, con un presidente que lleva más de 17 años en su cargo, la influencia sobre las decisiones que afectan a todos los martilleros. Con la actual estructura todo tiende a confundirse y el que manda en el Colegio también manda en la Caja y lo digo por experiencia personal.
- ¿Qué pasó en su caso?
- Si bien no estoy al frente de una oficina inmobiliaria desde enero de 2018, nunca dí de baja mi matrícula. Hace unos meses decidí hacerlo y al presentarme en el Colegio para eso me exigieron un libre deuda de la Caja. ¿Por qué si son independientes la situación en una me condiciona en mi relación con la otra? Bien, fui a la Caja y pedí mi libre deuda, no me lo dieron, me dijeron que lo pida en el Colegio, pero en caso de existir deuda es con la Caja, no con el Colegio. Me dirigí al Colegio a buscarlo pero no me lo dieron, previo tenía que hablar con el Presidente del Colegio. ¿Si existe deuda con la Caja por qué tengo que discutirla con el Presidente del Colegio? Todo muy raro, muy confuso y muy turbio. La Caja tiene un gerente, personal contable, etc. ¿Por qué las deudas las tiene que manejar el presidente del Colegio personalmente? Repito. Raro.
- ¿Pero usted mantenía deudas con el Colegio?
- Siempre efectué mis aportes previsionales tal como lo dispone la reglamentación, siempre llevé los libros en legal forma, mi facturación coincide con las operaciones que figuran en los libros. Pero dentro de la persecución que sufren los colegiados que adhieren a las franquicias, más específicamente en mi caso adherida a la red REMAX hasta 2017, también está la persecución de la Caja. Me fabricaron una deuda por aportes “estimados de oficio” por operaciones realizadas antes de 2018.
- ¿Y cómo lo justifican?
- La Caja tiene la facultad de estimar aportes de oficio ante la falta de documentos que exige la legislación o fueran llevados irregularmente, pero para nada es mi caso. Hasta 2017 que ejercí activamente la profesión llevé regularmente los libros, es decir no faltaban ni eran llevados irregularmente, dado que en los mismo estaban asentadas todas las operaciones realizadas con mi intervención y coincidían con la facturación de cada período, lo cual no fue observado nunca ni siquiera por la AFIP.
- ¿Ve alguna solución?
- Como ya mencioné, debería seguirse el ejemplo de otras profesiones y que el gobierno de la misma sea ejercido por profesionales elegidos en forma directa por los afiliados, uno por Colegio departamental, por períodos de no más de cuatro años, con posibilidad de una reelección, no más. De esta forma se aseguraría la representación de los afiliados, inclusive ser electos en la misma elección que las autoridades del Colegio, pero en boleta a parte, de forma que no necesariamente coincida con la lista de autoridades colegiales. Esto permitiría no sólo mayor transparencia, daría lugar a que se elija para tan importante cargo a colegas con merecido prestigio, que representen la pluralidad de opiniones, debiendo también elegida por el voto la Comisión Revisora de Cuentas, para que todos los colegiados tengan la certeza del correcto manejo de sus aportes.