El agresor fue penado con una prisión en suspenso acusado por violación de privacidad, luego de retener el móvil de la mujer y leer todos sus mensajes, tras lo cual la agredió física y verbalmente. Así lo decidió el titular del Juzgado Penal, Penal Juvenil, Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires, Pablo Casas, quien sancionó al implicado en el marco de una causa por violencia de género que incluyó violencia doméstica, psicológica, simbólica, económica o patrimonial y física.
Según detallaron fuentes oficiales, el atacante se apoderó del celular por todo un día y leyó todos los mensajes que la propietaria intercambiaba con una amiga. Luego, comenzó a insultarla y la llevó hasta la cama donde la retuvo apretándole el cuello con las rodillas para que no le quedaran marcas. Ante esa situación, la víctima empezó un tratamiento psiquiátrico y terapia psicológica en el Centro Integral de la Mujer (CIM).
En este contexto, el juez destacó en su fallo que "la violencia psicológica sobresale en las denigraciones, configuradas a través de las frases y los insultos que el acusado le refirió a la víctima" y agregó que "la realidad demuestra que muchas víctimas de hechos de violencia de género son sometidas a controles por parte de sus agresores tendientes a consumir su autonomía".
Asimismo, sostuvo que el delito fue realizado para ejercer control sobre la víctima en una relación desigual: "El hecho tuvo lugar como forma de ejercer un control sobre la persona de la víctima en el marco de una relación de asimetría de poder del varón por sobre la víctima de género, bajo la modalidad de violencia doméstica".
Finalmente, el magistrado destacó que hubo una violación de la privacidad ya que "fue consumado en este caso como una forma de control por parte del agresor de género en perjuicio de la víctima, invadiendo un espacio en relación al cual ella tenía una razonable expectativa de privacidad, reconocida constitucional y normativamente" y con estos argumentos estableció la condena del acusado.
