Tras el inicio de los operativos logísticos de las diferentes vacunas contra el coronavirus en el mundo se detectó que de forma paralela comenzaba la venta de falsas dosis de forma online.
Tras el inicio de los operativos logísticos de las diferentes vacunas contra el coronavirus en el mundo se detectó que de forma paralela comenzaba la venta de falsas dosis de forma online.
Según Gabriel Zurdo, CEO de BTR Consulting y especialista en ciberseguridad, riesgo tecnológico y de negocios, entre las fórmulas adulteradas que se promocionan en la “dark web” se encontraban la de AstraZeneca y la Sputnik V. “Toda una estafa que busca la debilidad e ingenuidad de la gente y que pone en riesgo nuestra salud”, dijo a Infobae.

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De acuerdo al experto, sólo es posible acceder a estos espacios a través de un software de enrutamiento especial. Está repleto de mercados propensos a estafas y falsificaciones, y quienes acceden no lo hacen por error o casualidad sino sabiendo cómo hacerlo y qué buscar en él.
Además del peligro de que las personas que adquieran las falsas vacunas se crean inmunizadas y puedan seguir diseminando el virus, Zurdo sostuvo que las estafas no se denuncian debido a que la compra en estos sitios implica otro delito.
“Promediando el 2020 también encontramos productos de protección personal y medicamentos promocionados como posibles curas para el virus. Y foros donde algunos usuarios pedían información sobre plasma sanguíneo de pacientes recuperados”, contó.
A su vez, dijo que debido a la manera anónima en la que se manejan “es imposible tener certeza del lugar” donde se establece tanto la compra como la venta. “Cuando una persona ingresa a la dark web lo hace innominada: tanto los delincuentes como los oferentes y los clientes permanecen anónimos. Este universo es trasnacional. Cuando nosotros nos conectamos para hacer investigaciones lo hacemos primero a un servidor y desde ahí se ingresa. Puede haber muchos usuarios que están físicamente en Argentina, pero que esquivan la conexión para no ser identificados”, detalló.
Antes de la pandemia el costo del ciberdelito ascendía a U$S 6 mil millones y ahora es el doble, U$S 12 mil millones, y esto sigue sucediendo a espaldas de las autoridades de todas las naciones. Zurdo señaló que la industria delictiva creció exponencialmente desde la llegada del SARS-CoV-2 y ello representa, al menos, el 70% más de ataques informáticos.