martes 24 de junio de 2025

Así recordaba Bilardo los mundiales de México e Italia en una entrevista en 1991

En una vieja entrevista, el ex DT de la Selección contaba los secretos de cómo gozó cuando fue campeón y cómo sufrió cuando salió segundo.

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Cuando por estos días se cumplen exactamente 30 años del Mundial de Italia 90 y en las redes se recuerdan mediante historias e imágenes todos los momentos de aquel apasionante torneo, El Gráfico rescató una perla de 1991, o sea, un año después del certamen en el que Argentina perdió la final contra Alemania: una entrevista a Carlos Salvador Bilardo en su casa, ya como ex DT pero aún con todas las sensaciones latentes.

¿Estaba más tranquilo?, le preguntaron. "¡Nooo, igual! Pero es otra cosa... otra cosa. Saco, corbata, attaché, viajes, escuela, chicos... adiós a la presión del resultado, de los Mundiales. Dos Mundiales…", respondía el Narigón y agregaba: "Viéndolo ahora, el de México fue un paseo. Tuvimos un solo lesionado, Passarella, y ningún alargue... un paseo, como te digo... si hacía cambios, eran tácticos, pero tenía para elegir. La verdad que lo gocé".

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"En el '90 no. No podía elegir... era por descarte: entre los lesionados, primero los menos golpeados; después, los que duraban más; y fuera de los que duraban más, los candidatos para hacer algún cambio... entonces, no sacaba a ninguno hasta faltando quince o veinte minutos. Fue un sufrimiento", completaba.

"A los de México yo los había tenido mucho más tiempo conmigo. Y tengo que decir que me sentí más técnico en el '90 que en el '86, porque fueron necesarios más movimientos tácticos, más cambios, cambio y cambio... Se dieron muchos imprevistos, como las lesiones... Si de arranque hubieran estado mejor Diego, el Vasco, Giusti, Burruchaga, la historia habría sido distinta... Pero lo teníamos a Batista por recuperar, Brown que ya no estaba, Ruggeri que sí, que no... Eran un montón de jugadores... importantes... Pensar que en el '86 ni dudosos hubo... Pero el del '90 sabía mucho más", resumía acerca de aquellos dos históricos campeonatos que en ese entonces eran muy recientes.

"El del '86 jugó como nosotros queríamos y en el '90 jugamos como pudimos... Mirá, yo tengo grabados en video cinco minutos de uno y cinco minutos del otro, cinco y cinco, dale y dale... Y ahí te das cuenta la diferencia que hay... Los de México marcaban el ritmo del partido; acá no, acá tenías que andar con cuidado... Mirá, te cuento algo que dije pocas veces... Cuando termina el segundo tiempo contra Yugoslavia viene Burruchaga y me dice: 'Carlos, me tiró, no puedo más'; viene Diego y me dice: 'Carlos, me tiró, no puedo más'... Los dos, faltando treinta... Les dije: 'Bueno, quédense bien de punta, que a ustedes les hagan personal, por lo menos'. Y así seguimos...", revelaba.

El ídolo de Estudiantes recordaba la alegría que había sentido un año antes después de eliminar a Yugoslavia por penales en cuartos de final: "Ya estábamos entre los cuatro primeros... Lo que nadie creía, nadie confiaba, pero ahí estábamos otra vez... Porque pasaba algo raro; yo lo iba a ver a Troglio a la Lazio y me decían: 'Pero, ¿está loco? Acá va a quedar libre…'. Lo mismo con Sensini, Balbo, Dezotti... Yo a todos les contestaba igual: mientras a mi equipo le sirva...".

"Yo les había dicho a los muchachos antes de salir, siempre les digo: 'A mí no me gusta ver finales por televisión, no me gusta'. De ahí salió eso de los jugadores: 'Parte Varig... Parte Avianca... Parte Alitalia...', cada vez que eliminaban a alguno... El último vuelo tenía que ser el de Aerolíneas, siempre...", sentenciaba. Y claro, también contaba lo que se le había pasado por la cabeza luego de la derrota en el debut contra Camerún: "Yo dije que ésa fue la derrota más triste de mi vida. Y lo sostengo. Había tenido otras, pero siempre remontables: ahí nos vieron veinte mil millones de personas".

"Cuando llegamos a la concentración, yo me quedé hasta las seis de la mañana hablando con los más grandes, no se podían dormir... Con los más chicos había hablado hasta las tres... Al otro día la seguimos con los primeros que se levantaron y apenas terminamos de almorzar ya di el equipo. En ese momento me di cuenta que había hecho bien... Lo que se habló siempre quedó entre nosotros... Sobre el partido, sobre la forma de actuar, sobre lo que había pasado...", contaba en la entrevista.

Bilardo por ese entonces planeaba realizar muchos viajes por el mundo con el objetivo de crear una escuela de fútbol. "Ahora disfruto todo lo que ya hice, la verdad... Voy por la calle y la gente me reconoce... Sin banderías: no soy el técnico de la Selección, ni River ni Boca ni Estudiantes... Soy un tipo que hizo lo que dijo... y se fue. Punto", se despedía.

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