viernes 07 de noviembre de 2025

"Una enfermedad despiadada": el testimonio de la primera paciente con coronavirus admitida por China

El 10 de diciembre pasado tuvo los primeros síntomas y pensó que era una gripe común. Seis días después los médicos le informaban que tenía una enfermedad desconocida. Vendía camarones en un mercado de animales exóticos. Se cree que los primeros casos son anteriores pero nunca fueron admitidos.

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Wei Guixian es la mujer china considerada como el primer caso de coronavirus reconocido por ese país. Tiene 57 años y es trabajadores en el Mercado de Mariscos de Huanan, el principal “mercado húmedo" de Wuhan, como se conocen a los lugares donde se comercializan animales exóticos sacrificados en el momento.

Hasta que declarara la epidemia que devastó la ciudad y todas las actividades quedaran paralizadas, Wei tenía un puesto de camarones. Nunca olvidará el 10 de diciembre de 2019, el día en que empezó a sentirse mal. Al principio creyó que estaba frente a una gripe como la que se agarra cada año. Y así se lo contó al medio chino The Paper, el primero en entrevistar a quien es considerado el primer caso confirmado de coronavirus en el mundo.


“Me sentía un poco cansada, pero no tanto como en años anteriores”, contó. Como era habitual, esperó un día para ver si se le pasaba el malestar, algo que no sucedió. El 11 de diciembre fue a hacer una consulta a una clínica local, cercana a su casa, donde le aplicaron una inyección.

A pesar de que el cuadro parecía agravarse, seguía yendo a trabajar. Lo que hizo fue buscar una segunda opinión en un hospital de Wuhan. “El médico del hospital The Eleventh no pudo descifrar qué me pasaba y me dio pastillas, pero no funcionaron".

Cada vez más angustiada, Wei regresó a su clínica para que le dieran nuevas inyecciones que le bajaran la fiebre y calmaran sus dolores. “Para entonces me sentía mucho peor y muy incómoda. No tenía fuerza ni energía”, relata. Con enorme dificultad, se trasladó el 16 de diciembre al Hospital Wuhan Union, uno de los más grandes de la ciudad. Al revisarla, un médico le dijo que la enfermedad que padecía era desconocida y “despiadada”.

Desde ese momento vio cómo empezaban a llegar otras personas con los mismos síntomas, todas relacionadas con el Mercado de Huanan. Las autoridades sanitarias reconocieron así a los primeros 27 casos positivos de COVID-19, pero evitaron darle difusión y durante varias semanas insistieron en que el virus no se transmitía de persona a persona.

The Wall Street Journal había revelado su identidad en un artículo publicado el 6 de marzo, en el que aclaraba que no sería el paciente cero, sino el primero reconocido por las autoridades. Una investigación difundida una semana después por el South China Morning Post aseguraba que los primeros casos se remontan a mediados de noviembre, en la misma ciudad, aunque habrían sido ocultados

Wei cree que contrajo el virus en uno de los baños del mercado, en donde iban muchos de los vendedores de carne de animales exóticos. Quienes trabajaban junto a ella también se contagiaron, al igual que una de sus hijas y una sobrina.

“Podrían haber muerto muchas personas menos”, respondió Wei cuando le preguntaron por la decisión de los responsables gubernamentales de silenciar lo que estaba ocurriendo e incluso sancionar a los médicos que señalaban la gravedad de la enfermedad.

Tras pasar semanas internada, Wei se recuperó y salió del hospital a principios de enero. Se siente bien, pero no sabe qué va a hacer en adelante. El Mercado de Huanan fue clausurado y se desconoce si volverá a abrir en algún momento.

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