Llegan a La Plata después de haber finalizado su exitosa gira sold out por España, que comenzó el 11 de febrero en Barcelona y que hasta contó con la presencia de Lionel Messi y Luis Suárez alentando desde la platea. La banda regresa a la Argentina para recorrer las ciudades del país que quedaron por visitar con su gira acústica. Esta nueva etapa se inicia esta semana en el Coliseo Podestá de nuestra ciudad. La venta de entradas superó todas las expectativas agregando funciones para incluir a todo el público posible. Con cinco funciones a sala llena "No Te Va Gustar" promete arrancar la temporada a pura fiesta y reencuentro.
0221.com.ar conversó con Martín Gil y nos adelantó todo sobre el show que presentan esta semana en la ciudad.
—¿Cómo fue ver a Lionel Messi y a Luis Suárez en Barcelona?
—Fue impactante realmente, pero por suerte la sorpresa llegó antes, nos encontramos en camarines y se sacaron una foto con nosotros. Yo justo quedé en el medio de Lio y Lucho así que imaginate la emoción de mi familia, esa foto tuvo una repercusión bárbara. Estuvo buenísimo pero no solamente por lo que son, sino porque estás tan acostumbrado a verlos por televisión, lejanos, la verdad charlando un poco entendés porque llegaron donde llegaron. Fueron muy buena onda, nos contaron su historia, eso los humaniza mucho porque son tipos con tremenda trayectoria que están ahí conversando con vos a la par. Después les dedicamos canciones obviamente, verlos ahí cantando fue una emoción muy grande que agradecemos mucho.
—Hablás de la trayectoria de ellos y nosotros queremos conocer la de ustedes... ¿cómo se hace para cumplir 25 años juntos?
—La verdad es que es muy difícil llevar adelante cualquier proyecto si no se disfruta, si no se la pasa bien. Si bien nos tocaron momentos de mucha tensión, no tan felices digamos, ser parte de No Te Va Gustar es una alegría tremenda que nos atraviesa a todos, es muy absorbente y demandante pero nos encanta que nos involucra a todos de esta manera. No solamente hacemos música, hay muchos aspectos más a tener en cuenta para sostener una banda. Somos un grupo de gente todos bastante activos, tenemos inquietudes distintas obviamente, pero eso esta bueno también porque suma al proyecto y cada uno aporta cosas diferentes. Somos un colectivo que da lugar a las particularidades y deseos personales. Con tantos años juntos a veces nos pasa que el otro te conoce más que vos mismo. De pronto decís "qué loco se dio cuenta de esto que a mi tanto me cuesta ver". Sabemos que la banda esta armada de mucho cariño así que somos muy permeables y receptivos. Realmente estamos muy felices de ser parte de esto, lo vivimos como una gran fortuna y aprovechamos cada oportunidad para enriquecer nuestras vidas y la de los demás en lo posible.
—25 años ameritan un libro, contanos sobre "Memorias del olvido"
—Las memorias de la banda fue un trabajo de dos años que llevamos adelante con Mateo Crespo, un periodista amigo del oeste de Buenos Aires. Tuvimos un montón de encuentros, nos acompaño a recitales, hicimos entrevistas individuales y grupales. Aparecieron millones de fotos, papelitos, recortes de diario de cuando arrancamos, la verdad hubo muchísimo aporte sobre todo de nuestra familias. Mi mama tenia cantidad de material, fue una gran recolectora de recuerdos que fueron muy útiles a la hora de armar el libro. Nosotros también nos encontramos con la misma experiencia pero desde el recuerdo del otro y es genial ver las diferentes perspectivas de un mismo suceso.
—Si te digo el momento más feliz de la banda... ¿qué es lo primero que se te viene a la cabeza?
-Me acuerdo cuando presentamos nuestro primer disco, el 29 de abril del 2000 acá en la Sala Santa Rosa que es un sala chica, que en ese entonces, recién se inauguraba en Montevideo. Realmente era toda una apuesta porque había que vender 540 entradas que era mucho para nosotros. Ahí vimos que se lleno, no era solamente amigos y familiares, había mucha gente que no conocíamos, que hasta sabían las canciones. Fue un momento increíble, veíamos que les gustaba lo que hacia la banda y nos emocionábamos. Hoy por ahí ese numero de gente es posible, pero la felicidad no son solo números. Nosotros estamos muy aceitados en eso, llenamos un Vélez y después tocamos en un lugar mas chiquito mas intimo, nos gusta mucho tocar para distintos tipos de público.
—¿Y el momento de mayor aprendizaje de la banda?
—Lo más duro que nos toco vivir y que nos dejo un terrible aprendizaje después porque fue un simbronazo, fue el accidente en el que perdimos a Marcel yendo de Washington a Nueva york. Fue muy difícil y trajo un montón de días de reflexión. Sin dudas para la banda hay un antes y un después de ese hecho, nos cayeron muchas fichas, teníamos rencillas por cosas menores, muchas pavadas y realmente se genero un quiebre y una maduración muy grande.
—Cuatro Coliseos agotados, y una última fecha por agotarse, son una banda que podemos decir ha cumplido varios sueños, ¿que sueños los motivan?
—El sueño de cualquier banda es seguir existiendo, seguir tocando. El sueño es seguir juntos, que esto en realidad sea el primer día de los próximos 25 años. Es un sueño que implica un montón de energía y trabajo, no es solo ilusión, también hay mucho por hacer. Estamos con las pilas porque tenemos la convicción de que esta bueno hacer esto, nos seguimos sorprendiendo día a día. Siempre que volvemos a un lugar nos damos cuenta que volvemos distintos, nunca somos lo mismo. El sueño es ese, queremos seguir creciendo juntos porque vivir esto nos hace muy felices.
La cita del próximo show en el que se podrá disfrutar de "Otras canciones" será el martes 10 de marzo a las 21 en el Coliseo Podestá de 10 entre 46 y 47, con entradas desde los $850.
