En la Argentina se vive un momento particular. Con el objetivo de que no se continúe propagando el virus COVID-19, se han tomado decisiones que influyen claramente en el ritmo habitual de las personas, como es la suspensión de las clases en todos los niveles.
Los platenses son la excepción y este lunes la ciudad amaneció de una forma diferente. Al no haber escuelas, el flujo en el tránsito es claramente menor. No se ven a los pequeños en las paradas de micros o caminando con sus guardapolvos por las veredas.
La circulación de personas por las calles es claramente menor. Esto está motivado por las recomendaciones lanzadas desde el Gobierno y la reducción paulatina de los lugares de atención al público, como así también de distintas dependencias.

El transporte público también se vio afectado y la cantidad de pasajeros fue claramente menor. La terminal de ómnibus mostró una postal extraña para ser un día de semana. Solamente se registraron largas colas para tomar el servicio de colectivos que va hacia Capital Federal.


En donde sí se registró un intenso flujo de gente, fue en la estación de tren. Los ramales del Roca funcionan con horarios de domingos y feriados, por lo que la frecuencia es mucho menor a la de un lunes habitual. Esto generó el amontonamiento y concentración de pasajeros en los andenes, como así también en cada una de las unidades que salían camino a Plaza Constitución.


Según anunció el propio Presidente, las clases estarán suspendidas hasta el 31 de marzo, por lo que este panorama en las calles platenses se repetiría en los próximos días. Además podría ser aún mayor la desolación en la vía pública, si las nuevas medidas que lanzaría el Gobierno Nacional impactan directamente en el ámbito laboral de las personas.