jueves 28 de marzo de 2024

Cuando tenía 15 no pudo festejar su cumpleaños y 64 años después su familia le cumplió el sueño en La Plata

Sus hijos, nietos y bisnietos saldaron la deuda que Idalina Silva tenía pendiente y celebraron sus 79 años. "Me hicieron sentir una reina", dijo tras la gran y anhelada fiesta en Ringuelet.

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Después de más de 60 años, Nina cumplió su sueño. Entró al salón donde la esperaba su familia con el vestido rosado y corte "princesa" que quería, todos los brillos y la emoción a flor de piel. De chica anhelaba festejar sus 15, pero no pudo porque sus padres eran pobres. Pero hace poco tuvo la celebración que tanto esperó: le festejaron los 79 años con una gran y emotiva fiesta en Ringuelet.

Idelina Silva –más conocida como Nina- nació el 9 de enero de 1941 en Corrientes. Era chiquita cuando su papá y mamá decidieron probar suerte en La Plata, donde no mejoró su vida y se encontraron con extensas jornadas de trabajo y mal pago. Luego quedó al cuidado de una de sus tías.

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Entraba en la adolescencia y pasaba horas soñando con festejar sus 15, pero apenas tenían lo suficiente para comer. "Cuando cumplí 15 no me lo pudieron festejar porque éramos pobres. Yo iba a los cumpleaños de mis amigas y me llamaban la atención sobre todo los vestidos: yo los veía y decía: quiero estar ahí adentro", contó a Télam. Pronto empezó a trabajar como empleada doméstica y colaborar con los gastos de la casa. Así durante nueve años.

Más tarde formó pareja, se casó y tuvo 10 hijos. Cuando creía que su fantasía iba a quedar definitivamente en el olvido, fue su gran familia –de más de 80 personas entre hijos, nietos y bisnietos- comenzó a gestar la celebración para volver realidad su gran sueño.

El deseo volvió a encenderse en Nina a raíz de los cumpleaños de 15 de dos de sus nietas. "En junio cumplió mi sobrina y mi nena en noviembre: ahí vio todo el movimiento de preparativos y dijo que le gustaría lucir un vestido como el de las nietas", recordó Yolanda Luna, una de sus hijas.

Y como cada vez que la mujer veía una quinceañera en una vidriera o la tele volvía con el mismo tipo de comentarios, su hija fue tomando nota y un día le propuso: "¿Te gustaría que te hiciéramos tu fiesta de 15?". "Me dijo que ya estaba muy vieja para eso, pero yo le respondí que eso no tiene nada de malo, y que se lo podíamos hacer con los chicos tranquilamente. Me dijo que estaba bien, pero seguro habrá pensado que se lo decía por decir", dijo.

Desde ese momento, toda la familia se abocó a la planificación de la fiesta. El sábado 11 de enero todo estuvo listo para que Nina disfrutara de su noche de gala. Y tuvo su ingreso triunfal: con un vestido rosado largo, mostacillas con brillos, tules, transparencias y un corset en forma de corazón con los hombros al descubierto. Como ella quería.

En diciembre fue con otra de las hijas a comprar el vestido: “No tardó nada en elegirlo. Vio uno que le encantó y ahí nomás dijo ‘¡Este es mío!’ ¡Y se lo trajo!”. “Me gustó porque tenía todo lo que yo quería. ¡No le faltaba nada!”, contó la homenajeada. La familia también movió cielo y tierra para encontrar los zapatos adecuados y para que pudiera soportar la fiesta, debido a que tiene artrosis. Así bajó de un auto blanco con un gran moño rosa, escuchó la canción “Hero” de Mariah Carey y entró al salón repleto de gente en medio de una lluvia de papelitos, aplausos y mucha emoción.

“Cuando entré al salón todos me aplaudían. ¡Me hicieron sentir una reina! Mis hijos me habían dicho que harían un festejo, pero no creí que a esta edad me harían una fiesta de 15. Pero la hicieron y se los agradezco porque fue un sueño cumplido”, expresó Nina a Infobae. No faltaron los souvenires, la torta y las fotos en la plaza. Festejo completo. No se perdió ni hasta las cumbias que pasaron durante toda la noche. Su familia reconoció que nunca la vieron tan contenta.

Nina recuerda que cuando se casó tampoco pudo tener su fiesta ya que el dinero alcanzó solo para una pequeña reunión familiar en casa. Esta fue la primera gran fiesta de su vida.  “Estaba muy tranquila y eso fue raro porque no soy de estar tranquila. Pero esa noche ¡hasta bailé! Tan contenta estaba que al otro día me levanté sin un solo dolor”, manifestó la abuela.

La médica gerontóloga Lía Daichman rescató el "empoderamiento" de Nina que le permitió "tomar la decisión" de llevar adelante su fiesta, más allá del apoyo de la familia. "Hace unos 20 años atrás quizás se habría quedado con el deseo incumplido: hoy lo puede hacer porque las cosas han cambiado mucho y estamos en un momento en el que la mujer mayor tomó conciencia que tiene derechos y los ejerce", explicó Daichman a Télam. La especialista destacó el cambio social que les permite percibirse a sí mismas "como sujetas de derecho y no como un objeto".

"Ella siente que puede, que se lo merece y antes esas cosas las mujeres no lo sentían sino que aceptaban el futuro que se les tenía destinado. Eran muy pocas las que luchaban para cambiar las cosas como venían en lo laboral, familiar y demás", cerró.

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