El salvaje crimen de Fernando todavía conmociona a la comunidad de Villa Gesell y a todo el país. El joven de apenas 19 años fue asesinado a golpes por un grupo de rugbiers a la salida del boliche Le Brique, en esa localidad de la costa atlántica bonaerense. El principal acusado fue sometido a una rueda de reconocimiento e identificado por varios testigos y mientras su situación procesal se complica, su mamá, Rosalía Zárate, decidió renunciar a su cargo como secretaria de Obras Públicas de la Municipalidad de Zárate.
Fuentes de la Comuna confirmaron que la mujer presentó la renuncia y el intendente interino, Ariel Ríos, la aceptó. "Desde que se enteró de lo ocurrido, ella viajó a Villa Gesell", le dijeron a Infobae.
La exfuncionaria es la madre de uno de los principales sospechosos. Los investigadores buscan determinar si Máximo Thomsen fue el autor de la patada en la cabeza que causó la muerte del joven, que ya se encontraba inconsciente tendido en la verada.
En ese marco, la ex Secretaria sostuvo que luego del brutal asesinato que lo tiene a su hijo como uno de los presuntos autores, "no se encuentra ni física ni mentalmente en condiciones de continuar su tarea". La mujer también había sido señalada por los vecinos de la localidad durante el jueves pasado, cuando se movilizaron para exigir justicia por Fernando.
Además de exigir "que paguen los asesinos y que no se arregle con plata este crimen brutal", los manifestantes también le reclamaron al intendente Osvaldo Cáffaro la desvinculación inmediata Zárate. Hasta entonces la funcionaria se encontraba con licencia y un día después presentó su renuncia.
Thomsen, es uno de los diez rugbiers detenidos y uno de los más comprometidos. Según los tres testigos que participaron de la última rueda de reconocimiento, el joven de 20 años fue uno de los atacantes. La fiscal del caso, Verónica Zamboni, en tanto, lo imputó como uno de los dos coautores del crimen, junto a Ciro Pertossi (19).
La semana próxima se realizarán las pericias de rastros a la ropa y zapatillas de los rugbiers que fueron secuestradas. Algunas de las prendas tienen manchas de sangre y una de las zapatillas podría ser clave para determinar quién dio el golpe que le causó la muerte al joven.