Susana Gómez, trabajadora del conmutador del Fuero Penal, presentó esta tarde una nota ante el juzgado de Ejecución Penal N° 2 a cargo de José Villafañe, para pedir que su agresor -condenado a 8 años de prisión por dejarla ciega en un episodio de violencia de género- no salga en libertad sin haber realizado el tratamiento que la misma Justicia le ordenó. Y lo logró.
La mujer sufrió el desprendimiento de ambas retinas cuando su exmarido Carlos Ariel Goncharuk le golpeó la cabeza repetidas veces contra la pared de la cocina de la casa donde vivían ella y sus cuatro hijos, en 2011. Como muchas otras mujeres en situación de violencia, Susana había denunciado a su agresor en 13 oportunidades durante sus nueve años de convivencia. De hecho, al momento del ataque que la dejaría ciega, Goncharuk había violado una medida de restricción perimetral que le impedía acercarse a ella.
En 2015 la justicia condenó al hombre a 8 años de prisión por el delito de "lesiones gravísimas" y le impuso la obligatoriedad de realizar un tratamiento sobre violencia de género que hasta el momento el condenado no realizó: a pocos días de recuperar su libertad, se sigue negando a hacerlo. Es por eso que Gómez pidió este jueves que la Justicia lo obligue a cumplir con el tratamiento y le otorgue a ella medidas de protección, ya que todavía vive junto a sus hijos en una casa cuyo paradero Goncharuk conoce.
Frente a esta situación, Villafañe dispuso que el detenido continúe privado de su libertad a pesar de que debía salir el 14 de este mes. A través de una resolución que es inédita en el fuero penal, Villafañe hizo lugar a un planteo de la fiscal de ejecución, Laura Lasarte. Después de analizar informes sobre la salud mental de Goncharuk, su negativa a realizar tratamientos y los episodios de violencia que protagonizó en las cárceles en las que estuvo, Villafañe emitió "una orden de internación compulsiva para que reciba tratamiento específico, como medida de seguridad en resguardo de la víctima, familiares y el resto de la sociedad".

"No se evidencian elementos que den cuenta de mecanismos revisores de su accionar, intentando responsabilizar a terceros de los hechos por los cuales está privado de su libertad", advirtieron los peritos psiquiatras y psicólogos de Tribunales. Y aseguraron que "si bien trata de brindar una imagen de superación, consideramos que aún se sostienen sentimientos de ira y enojo por la situación de encierro".
Los peritos advirtieron que "su detención no ha posibilitado la revisión de su conducta pretérita" y que presenta "agresividad contenida e intenta intimidar al entrevistador y poner condiciones para proseguir con el examen de acuerdo a los resultados del mismo obedezcan a su conveniencia e interés de una actitud abiertamente manipulativa".

De esta manera, Villafañe dispuso que Goncharuk siga preso hasta que tome intervención y adopte una decisión el Juzgado de Familia que resulte competente en el caso. También le ordenó al Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) que aloje a Goncharuk en un establecimiento que posibilite su evaluación y le ofrezca "un tratamiento psicológico y socio educativo tendiente a lograr un reposicionamiento subjetivo frente a los actos de violencia de género".
Para Darío Witt, abogado de Gómez y titular de la casa María Pueblo, la resolución de Villafañe es "inédita e histórica". Según él se trata de "un precedente inédito que va generar debate pero que pone un límite a la obtención de libertad de los agresores condenados por violencia de género".