La puerta de la Propulsora Siderúrgica de Ensenada ya quedó señalizada como un sitio de la memoria. Fue este mediodía en la entrada de la actual firma Ternium, del Grupo Techint, donde se homenajeó a las y los extrabajadores de la fábrica que fueron detenidos, asesinados y desaparecidos durante la última dictadura cívico militar.
El acto arrancó pasadas las 11 en el acceso a la planta por el Camino Almirante Brown y fue organizado por la Municipalidad de la vecina localidad. Participaron exempleados y empleadas que no habían vuelto a encontrarse desde que comenzaron las persecuciones y secuestros que caracterizaron al terrorismo de Estado, y que contó con la complicidad de empresarios.
La fábrica comenzó a funcionar a fin del año 1969 con el objetivo de lograr instalar una acería integrada en Ensenada, construyendo así una planta de laminación en frío que contaba con tecnología de punta para la época. Llegaron a contar con un plantel estable de 1800 personas.

En 1974, la empresa fue el epicentro de una gran huelga que se extendió durante casi 100 días, en reclamo por las pésimas condiciones laborales. Dada la gran sindicalización y movilización, sus trabajadores y trabajadoras comenzaron a ser víctimas de distintos hechos de violencia a manos de grupos para-policiales. Entre enero y febrero de 1976 fueron asesinados tres trabajadores; mientras que desde el 24 de marzo de 1976 en adelante, otros 22 resultaron víctimas de la feroz dictadura militar. Aún siguen desaparecidos 19 de ellos.
“Es un camino fácil de andar, simple, que lo hacemos con los vecinos y las escuelas. Es la única manera de mantener viva la memoria, es parte de nuestra historia”, dijo en la apertura del acto Carlos Dabalioni, subsecretario de Derechos Humanos de Ensenada. En ese sentido, destacó la señalización de distintos espacios hasta en momentos en los que el Gobierno Nacional no se decidía a frenar el fallo de la Corte Suprema de Justicia del 2x1 en beneficio de represores. “Con amor, respeto, cariño y alegría vamos a seguir. No va a haber un solo lugar de la ciudad donde haya pasado un genocida que no tenga esta marca”, agregó, redondeando el concepto.

“Aquí se cometieron crímenes de lesa humanidad durante el terrorismo de Estado”, dice el cartel, que fue descubierto por una veintena de manos, que luego se estrecharon. Siguieron los abrazos fuertes y también las lágrimas de emoción.

Después el micrófono quedó en manos de los familiares de las víctimas del golpe. La primera en tomar la posta fue Alejandra Esponda, hija de Carlos, uno de los trabajadores desaparecidos. La Magíster en Antropología Social, que investigó en profundidad la causa, habló sobre la necesidad de recordar la responsabilidad de las empresas durante la dictadura.
“Todos los compañeros, muchos en esta zona de Ensenada, La Plata y Berisso, fueron trabajadores que militaron sindicalmente y pedían reivindicaciones, que no haya tantos accidentes laborales, contra la tercerización, bajar las horas de trabajo y por el bienestar de sus familias”, enfatizó.

Además, resaltó: "Techint tiene otras plantas que es necesario que se siga investigando. Todos estos años de lucha nos permitieron que estemos señalizando y con una investigación en curso y que esperamos que se eleve a juicio. Propulsora permitió que las fuerzas se instalaran en el predio, entregó legajos, información sensible. Los que no fueron detenidos acá, lo fueron en sus casas". Y agregó: "La sentencia de la Fuerza de Tareas 5 de 2015 y un Municipio comprometido hicieron posible no solamente que se señalizara ese espacio sino que se comenzaran nuevas causas para investigar la responsabilidad de las empresas”.
Beatriz Horrac era la única mujer de la comisión y fue secuestrada en su oficina. Después de 43 años, esta mañana volvió al predio y se reencontró con sus excompañeros. “Ahora parada desde acá veo que se ve el edificio, medio chiquito, donde me detuvieron”, contó a 0221.com.ar. Tras sorprenderla en su lugar de trabajo, la metieron en el baúl de un auto que la esperaba estacionado en una calle interna del predio. La sacaron sin ningún tipo de sobresalto. De ahí la llevaron al exBIM, luego a la cárcel de Olmos y finalmente a Devoto. A mediados de 1980 la liberaron. Pensó en exiliarse, pero decidió quedarse en el país.

Intentó retomar su carrera en la Facultad de Medicina. No fue fácil, entre la “sensibilidad difícil de sobrellevar y la vigilancia que se mantenía. “Tengo la enorme dicha de estar viva y la gran responsabilidad de recordar todo lo que pasó”, dijo con un hilo de voz. Beatriz se dedica a la docencia y se aboca a temas de salud y seguridad en el trabajo: “Trato los mismos temas por los que se peleaba en esta fábrica”.
Roberto el “Gringo” Lopresti fue otro de los sobrevivientes de Propulsora. Militaba y milita en el peronismo y era uno de los integrantes de la comisión interna de la fábrica. “Con todo lo que podía pasar en ese momento y lo que pasó después uno en su interior se pregunta si en cada uno de los 19 yo no tuve algo que ver o algo hice mal. Éramos 5 chicos muy jóvenes y un cuerpo de delegados de 33”, expresó a este medio.

También muy marcado por la emoción, manifestó: “Vinimos a señalar y denunciar lo que significó la anuencia empresarial para que entren las tropas militares y se lleven a nuestros compañeros. El espíritu está entero, por eso estamos acá”.

Una de las presentes fue Ana “la Tana” Nievas, ex presa política, trabajadora de Astilleros y cuñada de uno de los trabajadores asesinados, quien ayer se reencontró después de 40 años con los hijos de uno de sus amigos, que fue asesinado junto a su cuñado.
Como lo describió el hijo del “Pampa” De Laturi -una de las víctimas del terrorismo de Estado-, en la entrada de Ternium se sentía una energía especial, entre alegría, tenacidad y lucha. El encargado de cerrar el homenaje fue el intendente de Ensenada, Mario Secco, que también estuvo acompañado por funcionarios municipales, el candidato a la intendencia de Berisso por el Frente de Todos, Fabián Cagliardi, además de organismos de Derechos Humanos y organizaciones sindicales, entre otros.
“Esto es una realidad. Así igual fue puesto en la Marina, en la Prefectura. Está acá y lo pusimos adelante de los militares y albatros. ¿Para qué ser gobierno? Para hacer lo que otros no se animaron”, empezó el jefe comunal, en un fuerte discurso. Además, destacó que la “Ruta de la Memoria” en esa ciudad tendrá su último espacio en la comisaría de Punta Lara.

Y, en el mismo tono, finalizó: “Van a tener que hablar los empresarios sobre qué historia contar. Somos coherentes con nuestra historia y lo bancamos. Hay que poner el cuerpo a las ideas, porque si nuestros compañeros estuviesen vivos, estarían poniendo el cuerpo”.