Graffitis, maleza y musgo en su fachada, postigos oxidados y una gran puerta de doble hoja cerrada con candado. Esa es la postal con la que se encuentran los platenses que transitan diariamente por 49 entre 2 y 3. A priori parece una casa abandonada más pero, detrás de esos muros, está una joya arquitectónica de La Plata: el Patio Nazarí. El propio Dardo Rocha lo empezó a construir en 1889 como un regalo para su suegro y tío, Diego Pantaleón Arana. Aunque parezca algo poco creíble para la época, las piezas de la reliquia fueron traídas desde España para que sean ensambladas en la ciudad, como si fuera un gran rompecabezas.
“La casa ya estaba construida cuando Dardo Rocha volvió de su gira por Europa y decidió regalarle a Diego Arana una réplica en escala del Patio de los Leones de la Alhambra de Granada. Arana había venido de España pero nunca pudo regresar”, afirma la asesora patrimonial de Defendamos La Plata, Marcela Nacarate. La arquitecta explica que las piezas llegaron al país en cajas que traían las medidas exactas junto con las instrucciones para que la obra sea ejecutada por el artista español Ángel Pérez Muñoz, quien tardó dos años para finalizarla.
Este auténtico tesoro de la arquitectura se integró a la casa original, es decir, a la construcción existente. “El Patio se asemeja a un claustro de un convento. Los planos originales muestran que es la típica casa chorizo, una sucesión de habitaciones y puertas que están conectadas por una galería que da a la salida principal”.
Al igual que muchas grandes edificaciones de la ciudad, el Patio Nazarí también está sufriendo el paso del tiempo y, principalmente, el poco cuidado que recibió en los últimos diez años. A pesar de ser declarado como “Bien Patrimonial del Casco Fundacional" por el Municipio y como “Bien de Interés Histórico y Arquitectónico e incorporada al Patrimonio Cultural” de la Provincia, la política no destinó los fondos para salvar esta histórica edificación.

“El techo se rompió todo y empezó a entrar agua, en fin, se deterioró. Son piezas de yeso que con el agua se desgranan. Por otro lado, las columnas en su interior son de madera y se hincharon, por eso explotó el revestimiento y se partió”, remarca Nacate, quien actualmente está haciendo una maestría en Conservación de Patrimonio.
Los medios españoles también se hicieron eco del mal estado del Patio Nazarí y publicaron diversos artículos para manifestar su preocupación por cómo se está perdiendo esta joya de la ciudad y del mundo. “Una propuesta que estaba buena era contactar al Gobierno español porque hay muchos antecedentes de ellos ayudando económicamente a la Argentina, con todas las historias que tienen que ver con los inmigrantes españoles. Hay casos muy lindos, toda la intervención de la recuperación de la Avenida de Mayo se pudo recuperar gracias a esos capitales”, asegura Nacarate.

Al enterarse del estado de la Casa Arana, la Comisión Nacional de Monumentos trató de acercar diferentes propuestas para que no se eche a perder la histórica edificación de 49 entre 2 y 3 pero todas quedaron truncas. “Cuando lo vieron quedaron enloquecidos pero, aunque trataron de conseguir una declaratoria para que el tema resuene a nivel nacional, se encontraron con las mismas trabas, no había plata y la situación de la familia que no tiene plata para mantenerlo”, revela en dialogo con este portal.
INFORME DE LA CIC
La Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC) realizó un informe detallado del Patio Nazarí. Entre las anotaciones destacaron “la utilización de formas geométricas incluye la estilización de elementos como hojas, follaje y flora (decoración en ataurique) y la inserción de elementos caligráficos, un elemento muy apreciado pues permite registrar la palabra ‘dios’; en este caso, los siguientes versículos del Corán inscriptos en caracteres árabes antiguos: ‘La amistad es sagrada. Hay un solo Dios. Alá es su discípulo’”.

Los científicos remarcaron que esta construcción, además de presentar valores históricos que efectivamente lo convirtieron en un bien patrimonial, se “trata del único exponente de la arquitectura hispanomusulmana en una clásica residencia privada de la etapa fundacional de la ciudad de La Plata”.
El extenso informe contiene imágenes en las cuales se puede observar con detalle las terminaciones de los cerámicos y los mosaicos, las roturas que tiene en el techo y el pésimo estado de seis sus columnas. Para finalizar, recomienda que las tareas de reparación y restauración deben realizarse de acuerdo a la elaboración de un plan integral que involucre especialistas capacitados en moldería, reproducciones en yeso y técnicos y mano de obra calificada.

Sin embargo, y a pesar de todas las iniciativas que impulsaron distintos sectores, el Patio Nazarí, al igual que muchos bienes patrimoniales del casco fundacional de la ciudad, están siendo víctimas de la falta de mantenimiento, políticas y presupuestos para preservarlos como tal. Los platenses que pasan diariamente por esa vereda solo miran una vieja casa que está descuidada, con vegetación a sus costados y con candados para que ningún extraño ingrese. Atrás de esa gran puerta de doble hoja está el regalo de Dardo Rocha, está parte de la vida de Diego Arana y un sinfín de historias que son un pedazo de La Plata.

“Me da pena que no haya un programa para recuperar las fachadas o de limpieza de terrenos. No se entiende como pasaron tantos años y cómo quedó así. A veces los mismos ciudadanos no tomamos dimensión de lo que tenemos”, cierra Nacarate.
Foto de portada: Claudio Larrea