“Abro hilo de una situación que vivió mi hijo y no me gustaría que le pase al hijo de nadie más”. Así, directo, un platense comenzó el duro relato sobre la experiencia que tuvo como protagonista a su propio hijo: fue víctima de bullying en una escuela privada de la ciudad. En pocos minutos, el hilo que abrió en Twitter –donde detalló cómo el nene pudo salir de ese “círculo vicioso” que estaba en la escuela- se volvió viral.
Según narró, todo arrancó con cambios significativos en la conducta del chico: estaba más irritable, sus calificaciones habían bajado y tenía desgano en actividades que solían encantarle. “Creímos que el problema era él y su falta de interés”, mencionó @NA2ARENO, el usuario que lleva el papá en la red social del pajarito. Ante esa situación, decidieron castigarlo quitándole lo que más le gustaba.
El nene pasó quinto grado “raspando”: “Lo sentábamos horas a estudiar, sabía todo en casa, de pe a pa, y al momento del examen reprobaba, una y otra vez”. “Recurrimos a tres profesoras particulares, mismo rendimiento. Al preguntarle nos decía que se olvidaba de todo al llegar al colegio. Le retrucábamos que le pagamos colegio privado, le comprábamos útiles y todo lo necesario, tenía techo, comida y tiempo para jugar si quería y a él no le importaba. Había algo que le faltaba, no lo vi”, siguió.
La familia recurrió a la psicopedagoga, que inmediatamente se dio cuenta que el niño no tenía ningún problema de aprendizaje, sino que “la dificultad estaba en las maestras y el colegio que no sabían transmitirle confianza”. “Y descubrimos algo terrible, a Mateo le hacían Bullying y no nos contaba nada”, contó y señaló que el acoso escolar fue confirmado por otros compañeros.
De la institución educativa –que el padre decidió no revelar cuál es- no tuvieron buena respuesta: “Las maestras en vez de aceptar que había acoso en el colegio, decían que mi hijo es violento y que los compañeros responden de la misma manera que él los trata, y en realidad se defendía de las palabras horribles que le decían y que no voy a repetir”.
Cuando hablaron con el nene, quebró en llanto y les describió los episodios traumáticos que sufría desde el año anterior, como así también las “reacciones pasivas hacia los agresores y punitivas hacia él por parte de las autoridades”. Así, por recomendación de la psicopedagoga, decidieron cambiarlo a una escuela pública, lo que significó un gran alivio. “¿Qué tan mal puede haberla pasado como para que le alivien esas cosas que nosotros esperamos durante toda la primaria? La fiesta de egresados, el viaje y terminar con los amiguitos con los que va desde el jardín son cosas que nunca olvidamos y sin embargo él, quería dejarlo todo”, reflexionó.
El jueves fue el primer día del chico en la escuela nueva: volvió feliz. El papá subrayó que los docentes son dulces con él y que los directivos se pusieron a disposición. “No saben lo mal que me siento de no haberme dado cuenta antes, de no haber leído las señales que me daba, de no haberlo cambiado antes del colegio”, insistió y recordó: “La escuela pública no siempre es lo peor, el colegio privado no siempre es lo mejor”.
Ya en el cierre del hilo, hizo hincapié en no dejar pasar cualquier conducta extraña de los hijos o hijas. “Tienen que ser comprensivos, preguntarles e indagar. Siempre hay algo atrás, no necesariamente es culpa de otro, pero escuchen”, recomendó.
La historia explotó en Twitter: cosechó alrededor de 15.000 me gusta y la retuitearon casi 7.000 veces. Además, se replicaron cientos de comentarios de experiencias similares en distintos puntos del país. Y concluyó: “Lean, miren más allá, no sean como yo, se los pido por favor, hablen con sus hijos, y de ser necesario que intervenga un profesional, les dejo buenos deseos a todos y que aprendan de los errores ajenos, al menos yo pude tener un final feliz si no contamos el cargo de conciencia”.