Ocurrió a fines del 2016. La contienda política entre Mariano Cowen y Gabriel Pellegrino estaba al rojo vivo, y a pocos días de las elecciones se tiró la bomba. “Estamos hablando con Ronaldinho para que venga a Gimnasia”, dijo Cowen buscando provocar un fuerte impacto y así tener mayores chances de ganar la carrera a la presidencia del club.
Aunque muchos dudaron de que esta posibilidad fuera cierta, lo concreto es que el por el entonces candidato por Gimnasia Grande, se contactó con Ruben Jordan un agente que manejaba la imagen de varios futbolistas que brillaron en Europa. La intención era poder traer una figura que realzara la imagen de la institución e impulsar una fuerte movida marketinera. El nombre que deslizó aquel empresario fue el del ex enganche del Barcelona.
Esa posibilidad convenció y entusiasmó a Cowen y compañía, que inmediatamente decidieron empezar un operativo para que el brasileño arribe a la ciudad de las diagonales. Lo primero era hablar con Roberto de Assis Moreira, hermano y quien manejaba la carrera profesional de Ronaldinho Gaúcho. Tras hacerlo, el aspirante a ser presidente tripero diagramó una videoconferencia para aclarar detalles y avanzar en la negociación.
"¿Te imaginás a mi hermano tirando jueguitos en el Bosque? Te puede llegar a meter diez mil personas en cada entrenamiento", fue una de las frases del familiar de Dinho, dando cuenta de lo que podía significar que el ex jugador de la Verdeamarela llegara a Estancia Chica.
En aquel momento, Ronaldinho tenía 36 años y en la recta final de su carrera, habiendo pasado por Flamengo, Atlético Mineiro, Querétaro de México y Fluminense. Si bien podía aportar en lo futbolístico al equipo mens sana, dirigido en ese entonces por Alfaro, claramente su llegada iba estar vinculada más a lo comercial.
El propio Mariano Cowen, reconoció que la llegada del ex hombre del Barcelona venía emparentada con el desembarco de marcas como Nike, una empresa aérea internacional y un reconocido Banco, entre otros sponsors. Además de la enorme venta cantidad de camisetas y todo lo que originaba la imágen del 10.

Para que Ronaldinho jugará en Gimnasia, su hermano exigía 1.5 millones de dólares por seis meses. Cowen le prometió que podía pagarle 1.2 millones de dólares y el representante del crack brasileño había accedido y estaba dispuesto a firmar un precontrato. Todo estaba sujeto al resultado de las elecciones, las cuales se iban a realizar el día después en que habían acordado dicho monto económico.

Aunque aquel precontrato nunca se llegó a firmar, Gimnasia Grande perdió frente a Gimnasia Positivo y Pellegrino se terminó convirtiendo en el presidente albiazul. El nombre de Ronaldinho fue acercado a la flamante conducción, pero no estaba en sus planes y así la estrella brasileña se empezó a alejar del mundo tripero.
Sin embargo, en la previa de cada mercado de pases muchos hinchas recuerdan este episodio y cuando uno de los jugadores más vistosos de la historia estuvo muy cerca de convertirse en futbolista de Gimnasia.