Junto al presidente Mauricio Macri, la gobernadora María Eugenia Vidal inauguró este martes la obra de modernización de la planta potabilizadora Donato Gerardi de la empresa ABSA, donde destacó el trabajo que se hizo en el lugar después de 60 años, aunque con un fuerte discurso.
“Esta no es una obra más, porque es de una empresa del Estado que del 2002 al 2015 lo único que hizo fue perder plata de los bonaerenses”, disparó la mandataria, con la voz tomada por un visible cuadro de resfrío.
“Esta planta durante 60 años nunca fue mantenida. Esta planta es la que hace que el agua que tomamos en La Plata. Berisso y Ensenada sea potable”, agregó.“En tres años la empresa dejó de perder plata y puso en valor esta planta para 800 mil bonaerenses, que ahora van a tomar agua potable de verdad”, insistió Vidal.

Al elevar el tono de su discurso, disparó contra quienes critican el modelo de gobierno macrista y defendió su rumbo. “Yo sé que con mismo cinismo muchos van a decir: ‘¿Y ahora con todo eso cómo llego a fin de mes? Muy linda la cloaca, muy lindo el agua potable, pero tengo que pagar las cuentas’. Y yo te pregunto: ¿Cuándo tenés que pagar el camión desobstructor porque no tenpés cloaca, eso no es un impuesto?”, arremetió.
Las obras de modernización comenzaron en enero de 2017 y a lo largo de todo el proceso la planta, que abastece a los usuarios de Berisso y Ensenada y aproximadamente al 50% de La Plata, continuó operativa.
El objetivo de las mejoras edilicias fue el de incrementar el caudal de agua captada del Río de la Plata para producirla y finalmente distribuirla en la red. En ese sentido, se logró alcanzar una capacidad mínima de 15.000 m3/hs de agua potable, "con calidad controlada y asegurada dentro de los parámetros definidos según la Ley Provincial N° 11820", precisó la Gobernación.