"Me sigue hostigando y ni siquiera tengo el botón anti pánico. ¿Qué tengo que esperar? ¿Que me termine matando para que hagan lo que corresponde? Vivo con mi hijo con miedo". Lorena Rivarola tiene 29 años y una enorme cicatriz sobre el costado derecho del torso. El lunes a las 9 de la mañana se cansó de esperar una respuesta y decidió encadenarse al enrejado de los juzgados platenses de 8 entre 56 y 57.
Su calvario empezó el 6 de diciembre del año pasado. Pedro Díaz, su pareja, salió a ver la final de la Copa Argentina entre Gimnasia y Rosario Central y la joven se quedó en la casa de Altos de San Lorenzo junto a su hijito, que este miércoles cumple 2. "Apareció este hombre con una cerveza. Creo que le puso algo. Me manoseó y, como no pudo violarme, me apuñaló al lado de mi bebé", confió a 0221.com.ar.
Minutos después, su marido se topó con la brutal escena: el agresor con la cuchilla en la mano y ella casi desvanecida en el suelo. De la vivienda de 74 entre 23 y 24 la llevaron al Policlínico San Martín, donde la operaron ni bien ingresó porque terminó con un pulmón perforado. Horas después detuvieron a Díaz, a quien apuntaron por el intento de femicidio.
"Lo peor es que este tipo salió de testigo y denunció que a mi marido se le había ido la mano, pero mi marido llegó después. Todos los vecinos vieron cuando llegó", aseguró la mujer, que cuando le quitaron el drenaje de la herida se fue del hospital de 1 y 70, sin el alta médica. De todas maneras concurrió al San Juan de Dios, donde le sacaron los puntos de la cirugía y le hicieron las curaciones correspondientes.
La pesadilla continúa para Lorena. Según contó, el agresor sigue amenazándola y hasta violó la medida de restricción que le impuso cuando le tomaron la denuncia, tanto en la Justicia como en la Comisaría de la Mujer. "Hasta que no me confirmen que lo tienen preso no me pienso mover", remarcó.
Además, está preocupada por su esposo, a quien todavía no pudo ver: solo se comunican por teléfono. "De los 120 kilos que pesaba bajó a 66. Tiene problemas en el corazón y también es alérgico. Se está muriendo en el penal", subrayó sobre el estado del hombre de 48 años que permanece detenido en la Unidad 9.
La joven sostuvo que el atacante goza de "protección" por trabajar en un estudio jurídico, pero recalcó que eso no frenará su reclamo. "No me voy a mover hasta que me reciban, no pienso subir, que baje el juez, porque cuando subí no me dieron bola", manifestó Lorena, que semanas atrás ya había realizado una huelga de hambre. Y concluyó: "Me quieren convencer para que me saque las cadenas, pero no lo voy a hacer, me mintieron tantas veces que me cansé. Estoy podrida de vivir así".