“Trastorno de personalidad esquizotipico”. “Tuvo dificultades para comprender y dirigir sus acciones”. “Lo condiciona como sujeto de alta peligrosidad y riesgo preferentemente para terceros resultando necesario contemplar un abordaje terapéutico, que de per se, es de escaso valor de contención”. Con estas conclusiones los peritos de salud mental que evaluaron a Tomas Cerletti, el asesino de La Chicho, tendrá una larga estadía tras los muros. Si bien fue descripto como inimputable porque no entendió la gravedad de lo que implica atacar con alevosía, odio y ensañamiento a una persona, esa situación lo coloca en una posición, tal vez pero, a recibir una condena a prisión perpetua porque no está certificado que pueda curarse, según se desprende de la pericia a la que accedió 0221.com.ar.
Este panorama debe ser evaluado por el fiscal Marcelo Romero pero todo indica que judicialmente también será declarado inimputable dada la contundencia del informe pericial. El requerimiento será analizado por el titular de la investigación y luego deberá definir la jueza del caso.
En el informe lleva la rúbrica de los profesionales Juan Pablo Díaz (perito psiquiatra forense) Eugenio Eduardo Camino (jefe de la sección Médico Forense), ambos de la Asesoría Pericial de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires. Bucearon en la mente del autor del crimen ocurrido en octubre pasado en inmediaciones de la terminal de ómnibus de La Plata.
Luego de tres entrevistas con el acusado los médicos hicieron un pormenorizado análisis de la personalidad y del estado psíquico y psicológico de Cerletti al que rotularon como “peligroso” para terceros, es decir, puede volver a matar en cualquier momento.
El joven de 22 años fue consumidor de drogas como marihuana y cocaína, pero discontinuó sus tratamientos de recuperación, según se establece en la pericia. También refirió que fue víctima de maltrato escolar de parte de sus ex compañeros de clases en la escuela secundaria, es decir, le hacían bullying.
Cuando tenía 17 años de edad dijo que fue acosado por una persona homosexual a la que intentó “asustar” mediante el uso de un arma blanca pero el episodio se salió de cauce y terminó con la intervención de policías parta calmar el conflicto.
Durante las entrevistas con los peritos minimizó su problema de adicciones y relativizó a los tratamientos para abandonar el consumo de estupefacientes. Los forenses concluyeron que padece trastornos de personalidad y descargas impulsivas inadecuadas.

En relación a la peligrosidad que presenta, concluyeron que “los patrones de conductas desajustados asociados a un trastorno de peligrosidad grave, no son posibles de revertir bajo los tratamientos médico psiquiátricos actuales, siendo medicados para controlar sus síntomas, previniendo el alcance de complicaciones impulsivas y psicóticas que puedan desarrollarse, siendo necesario la contención y supervisión de terceros; ya que estos sujetos tienden a abandonar los controles o presentar otras alteraciones que complican su desarrollo como por ejemplo mediante el consumo de tóxicos, máxime si se cuenta con un entorno primario permisivo, como es el caso nos ocupa”.
Este dictamen será evaluado por la jueza de Garantías Marcela Garmendia quien deberá dictar judicialmente la inimputabilidad del acusado y disponer su traslado a una unidad penal hospitalaria para personas mentalmente insanas.
Durante su indagatoria Cerletti se negó a declarar e insultó al fiscal Marcelo Romero. Con el informe de los peritos en manos se despejará una incógnita central: determinar si el acusado comprendió la gravedad del hecho que ejecutó. En ese caso, seguirá adelante el proceso y todo se encamina a que el expediente sea elevado a juicio oral. Pero si es declarado inimputable, será encerrado en un hospital de salud mental hasta que los médicos le den el alta, previa demostración del cese de peligrosidad para sí y para terceros.

La víctima fue blanco de 16 puñaladas. Una de ellas le perforó el pulmón y le provocó la muerte. De acuerdo a las fuentes, la víctima recibió "puñaladas de distinta profundidad y medida, las cuales penetraron en sus intestinos y en un pulmón".
Según consta en la causa, el episodio se registró durante la madrugada del sábado 26 de octubre, aproximadamente a las 3.45, en la zona de 2 entre 41 y 42. En este contexto, el principal acusado atacó a la mujer "valiéndose de un cuchillo con el cual le infringió numerosas puñaladas en zonas vitales de su cuerpo".
A su vez, le propinó patadas mientras "se encontraba en pleno estado de indefensión y sin posibilidad alguna de oponer resistencia, ya que yacía en el piso en estado de inconsciencia".
El fiscal encuadró el caso como homicidio agravado por alevosía y ensañamiento. La jueza mantuvo esas dos agravantes y le sumó la de odio al género u orientación sexual para encuadrar el hecho como homicidio triplemente agravado.