A mediados de septiembre comenzó el polémico enrejado de la Catedral platense. En medio de la crisis económica, la Provincia desombolsó una millonaria partida especial para realizar llamativas refacciones en el templo de plaza Moreno.
Todo comenzó después del incendio en la histórica Notre Dame, que alertó sobre la posibilidad de que un incidente similar se pudiera registrar en la iglesia local.
Diversas figuras de la política e instituciones se despidieron de la histórica integrante de Madres de Plaza de Mayo, Herenia Sánchez Viamonte.
Daniela Pérez, de 27 años, huyó de una clínica psiquiátrica de La Plata tras vender unas zapatillas en efectivo. Su familia la busca desesperadamente.
Un ascensor y un sistema ignífugo de última tecnología se encontraban entre las obras incluidas en el programa de reformas que planea el Arzobispado, según había trascendido en aquel momento.
Pero la construcción de un muro de hierro para impedir el paso fue, sin lugar a dudas, el más polémico de los trabajos. Las tareas fueron avanzando poco a poco y cientos de personas se vieron sorprendidas por la instalación en las escalinatas del templo.
Lo cierto es que el gobierno de María Eugenia Vidal aportó más de 55 millones de pesos para hacer las obras y que, a solo cuatro días del Encuentro Feminista, las vallas llegaron al pie del imponente templo.
El propio arzobispo de La Plata, Víctor “Tucho” Fernández, se refirió al encuentro y le mandó un mensaje directo a los fieles católicos de la ciudad: no confrontar. "Hay gente con miedo, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad, políticos y vecinos, como si viniera una horda sedienta de venganza y destrucción. Pero son mujeres, de muchos colores, con diversas formas de defender sus derechos, y también con diferencias entre ellas”, había escrito Tucho.
Pero la carta del máximo referente publicada en el diario La Nación no cayó del todo bien. Durante los días siguientes la casa de la iglesia local amaneció con pintadas de fieles que le pedían a Fernández que se retractara.
Hoy por hoy, a las puertas de la Catedral ya no se puede llegar.