Por Florencia Tróccoli
jueves 09 de enero de 2025
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Por Florencia Tróccoli
Con afiches y pinturas en el suelo, un kiosco improvisado en la vereda, algunos tomando mate o con coloridas bufandas que le cubrían hasta la nariz. Así comenzaron este jueves una nueva sentada los alumnos del Normal 1, el colegio que en los últimos meses estuvo en el centro de la escena platense por dos problemáticas: las amenazas de bomba y la emergencia edilicia.
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En el histórico establecimiento de 51 entre 14 y 15 hace más de un mes que no se dictan clases de manera regular y este jueves los alumnos volvieron a la calle, no por una nueva evacuación ante un llamado intimidatorio, sino para denunciar las condiciones en las que estudian.
"Hace más de ocho años que estamos con problemas edilicios y que nos estamos movilizando. En 2015 se pudieron lograr las obras, pero como siempre no se terminaron. Se pintó la fachada, pero seguimos teniendo problemas en los baños que se inundan", comenzó su relato a 0221.com.ar una adolescente de cuarto año, integrante del Centro de Estudiantes.
El punto crítico del panorama -que se completa con aulas con pérdidas de gas, filtraciones de agua en los techos, divisiones en constante traslado de un salón a otro- se alcanzó días atrás, luego de que un ventilador de techo cayera sobre la cabeza de una alumna de sexto año. "La compañera ahora está bien, pero lo peor es que pasó en un sector del colegio que supuestamente se había arreglado", agregó la joven.
La difícil situación motorizó reiterados reclamos de los chicos, quienes en más de una oportunidad concurrieron a la Dirección General de Cultural y Educación bonaerense a presentar cartas en pedido de realización de las obras de mantenimiento y reparación pertinentes para garantizar su seguridad.
"Necesitamos políticas que resguarden a los pibes y podamos estudiar. La realidad es que esas obras tienen que continuar, pero no tenemos respuestas. Las autoridades de la Provincia vienen a hacer relevamientos, sacan una foto y se van. Por eso nos parece importante que nuestras medidas se planteen como una lucha compartida por toda la comunidad educativa", agregó a este portal una alumna del sexto año, que también es parte del Centro de Estudiantes.
OLA DE AMENAZAS DE BOMBA
Como viene dando cuenta este medio, el Normal 1 es uno de los establecimientos que lidera el preocupante ranking de las amenazas de bomba en la ciudad. Junto al Albert Thomas de 1y 57, es el colegio que más llamados intimidatorios ha recibido: en poco más de un mes los evacuaron en 13 ocasiones.
La situación genera varios trastornos, comenzando con el desalojo de los más de mil alumnos que concurren a los tres niveles de la institución. Al menos una vez a la semana es común ver a los chicos del secundario ocupar las escalinatas de la Catedral o -aún con bajísimas temperaturas- el desplazamiento de los nenes del jardín de infantes hacia Plaza Malvinas, lo que llevó a que varios padres dejen de mandarlos hasta que no se frene esta moda explosiva.
"Estamos afuera una hora o una hora y media afuera y volvemos, a menos que llamen cuando ya estamos cerca de terminar la jornada. Nos perjudica a todos porque no solo perdemos horas de clase, sino que además afuera siempre te puede pasar algo, más allá de estar con profesores y preceptores", destacó a este portal una de las chicas.
La semana pasada, agentes policiales allanaron la semana pasada un departamento de 13 entre 46 y 47, desde donde se habrían realizado llamados de amenazas de bomba a esta institución educativa. El operativo terminó con un adolescente de 14 años demorado, acusado de realizar una falsa amenaza para evitar rendir un examen.
Luego del procedimiento, los directivos quisieron expulsar al alumno señalado, pero la medida se frenó tras una sentada de sus compañeros en el establecimiento. "Él va a a seguir en el colegio, pero no se sabe cuál va a ser la sanción. Pero lo apoyamos porque hubo una gran exposición en los medios", contó la joven de cuarto año.
La ola de amenazas que mantiene en jaque a la escuela derivó en una reunión de padres, directivos, docentes y alumnos para ver de qué manera se puede parar este tipo de accionar. "Tenemos que avisar todo el tiempo a nuestros papás dónde estamos o que nos vengan a buscar", señaló.
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