Por Franco Cenci
Por Franco Cenci
Desde hace mucho tiempo, el fútbol argentino se encuentra en clara desventaja a la hora de negociar o intentar competir con los números que se manejan en el exterior y ni hablar cuando la comparación se realiza con instituciones del viejo continente. Estudiantes no es la excepción y ante la primera oferta por su máximo artillero, decidió venderlo privilegiando lo económico y relegando a un segundo plano lo deportivo.
Estudiantes venció a Racing en un muy buen partido. Eduardo Domínguez brindó una conferencia de prensa que pasó por varios temas del mundo pincha.
Se sorteó el fixture del Torneo Apertura 2025, donde Estudiantes es uno de los candidatos del Grupo A. El clásico platense se jugará en la fecha 13.
Juan Ferney Otero llegó al Pincha en 2017, luego de un fugaz paso por la segunda división de España y tras vestir la camiseta del Fortaleza CEIF en la Primera B de Colombia. El joven de 23 años llegó a préstamo y como una apuesta a futuro. Luego de un año y medio vistiendo la camiseta albirroja, el balance sobre el rendimiento del delantero es más que positivo y de seguro que superó las expectativas muchos.
El atacante jugó 45 partidos con el León, marcando 13 goles y evidenciando una curva ascendente en su desempeño, teniendo el pico más alto el último semestre, en el cual terminó siendo la figura y pieza fundamental del equipo. El colombiano se metió en el bolsillo a la gente, se adaptó al ritmo del fútbol argentino y ahora se va. ¿Es negocio? Sí. ¿Para quién? Para Estudiantes y el jugador.
Difícil será encontrar un hincha que se alegre por la salida de su máximo artillero y justo en el momento donde empezaba a disfrutarlo. Pero sería un gran error tratar analizar esta venta obviando la situación económica que vive el Pincha, con sus prioridades y urgencias.
La operación del colombiano al Amiens FC de Francia le dejará a institución una cifra cercana a los 2.5 millones de euros por el 70% (único porcentaje que posee el club), un excelente negocio desde los números si consideramos que para obtener esa parte de la ficha desembolsó 500 mil dólares. Este dinero será una bocanada de aire fresco para Verón y compañía, quienes con ese dinero saldrán a buscar los 3 refuerzos que como mínimo pidió el Chino Benítez para este mercado.
¿Pero vale pena dejar ir al goleador para tener que ir a buscar otro? Sí. Las prioridades de Estudiantes para la próxima temporada no pasan por los resultados deportivos, por lo tanto es una acertada decisión invertir la plata de la venta de un jugador para reforzar todo el plantel.
Muy posiblemente, aquellos que se sumen en los próximos días no estén a la altura del nivel demostrado por Otero en el último tiempo y tampoco representen un gran negocio a futuro para la institución. Sin embargo, se trata de la política adoptada por la dirigencia, con el solo objetivo de destinar la mayor cantidad posible de recursos a la terminación del estadio de 1 y 57.
Si bien no era, ni es, el único jugador con posibilidades de emigrar, en Estudiantes sentían que este era el momento indicado para dejarlo ir. Otero piensa lo mismo y fue uno de los que se mostró más entusiasmado con continuar su carrera en Francia, algo que también se debe considerar a la hora de evaluar si el club tomó una buena decisión.
Al hincha albirrojo lo invaden sinsabores tras ver partir a su último goleador. Algunos lo querían seguir disfrutando y otros pretendían que pagaran más plata por él. La realidad es que lejos de saber si está bien o está mal, la decisión de la Comisión Directiva fue la lógica y como en casi todos los casos en el fútbol argentino, la billetera mata razón.