Uno de los pozos está en 5 y 56, donde más de un vehículo quedó varado. Según el relato del vecino a este portal, el cráter en el asfalto ya fue bacheado y rellenado con piedras en varias ocasiones.
“Lo emparcharon. Es una zona de mucho tránsito, entonces a los pocos días del arreglo se volvió a romper”, detalló con fastidio. Y agregó: “Pusieron una valla para señalizarlo, pero hasta eso terminó destruido”.
El mismo panorama se extiende a tan solo una cuadra: en la esquina 5 y 57 más de un auto se ha quedado varado. Ahí también las reparaciones duraron poco.
El estado de la cinta asfáltica trae distintas complicaciones, que van desde choques, conductores que pegan sorpresivos volantazos para esquivar los cráteres, hasta los automovilistas que “caen en la trampa” y terminan cambiando neumáticos o con el tren delantero deteriorado.
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