viernes 21 de marzo de 2025

Nació en Hamburgo y actuó en una película: la historia de Pelusa, que murió a los 52 años

La elefanta llegó al mundo en 1966, dos años después fue separada de su madre, la trasladaron a La Plata y nunca más estuvo junto a otro elefante. La iban a llevar a un santuario de Brasil pero no pudo soportar el deterioro de su salud, que se había agravado en los últimos años.

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La conmoción que causó en La Plata la noticia de la muerte de Pelusa es muy grande. Vivió 52 años y en el último tiempo luchó hasta donde pudo, en el marco de un deterioro de salud cada vez más notorio. Esta es la historia de la elefanta de la ciudad.

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Pelusa nació en 1966 en Hamburgo, Alemania. Dos años después la apartaron de su madre y la trasladaron al Zoológico platense, en donde permaneció en cautiverio todo el resto de su vida, hasta este último lunes.

Desde aquel día de finales de la década del sesenta, cuando la subieron a una jaula en un barco y cruzó el océano, nunca más estuvo con otro elefante.

Apenas dos años después de vivir en La Plata, el pequeño paquidermo fue la estrella de una película dirigida por Derlis Beccaglia, con la actuación de, entre otros, Pablo Codevilla. El film se llama "Un elefante color ilusión".

 

 

La elefanta, que fue un símbolo del Jardín Zoológico Municipal de la ciudad, en los últimos años estuvo en el centro de la polémica por cómo fue empeorando su salud: su caso fue emblemático para quienes levantan la bandera del cierre de los zoológicos y la libertad de los animales que los habitan, quienes sufren el aislamiento y, en muchos casos, malos tratos.

Así, en enero de 2017, el Municipio anunciaba una inversión de 12 millones de pesos para convertir el zoológico en un bioparque, con la figura de Pelusa en el centro de la escena -allí se comenzaba a planificar su traslado a un santuario de Brasil, para mejorar su estado con especialistas.

 

 

"Vamos a mejorar las condiciones, colocando una red que impida el acceso de las palomas y un piso de goma que le permita descansar las patas, teniendo en cuenta que desde hace 3 años sufre un cuadro de pododermatitis crónica en ambas patas traseras, lo que le causa mucho dolor y le reduce la movilidad”, indicaban desde la gestión local.

El caso de Pelusa requería, según los especialistas, un tratamiento especial no solo por su enfermedad, sino por el viaje a Brasil, que en definitiva quedó trunco.

Como contó 0221.com.ar durante la mañana de este último sábado, pasadas las 11 habían comenzado a circular rumores sobre una presunta caída de la elefanta, cosa que se confirmó inmediatamente: el animal se echó al suelo para descansar por primera vez en mucho tiempo. Eso al principio fue tomado como una práctica común entre los elefantes, pero lo concreto es que Pelusa no lo había hecho en los últimos años, debido a la infección en sus patas. Nunca pudo volver a levantarse.

Así, este último lunes por la noche murió tras ser sedada para evitar que siga sufriendo. "El equipo veterinario del Jardín Zoológico y los especialistas del Santuario de Elefantes de Brasil junto a la Fundación Franz Weber, definieron tomar el único camino posible para que ella no sufra", indició el comunicado oficial.

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