jueves 20 de marzo de 2025

Cierra Carloncho y junto con sus pizzas se van cuatro décadas de historia de la ciudad

En diálogo con 0221.com.ar, su creador recuerda los inicios, allá por 1980. Toda una trayectoria con una mochila de viajes por el mundo y más de un capítulo de superación personal. Hará todo lo posible por continuar de otra manera, a pocas cuadras.

Después de 38 años cierra Carloncho, la histórica pizzería de Plaza Rocha que se lleva de la esquina de 7 y 60 una historia de cuatro décadas cargadas de viajes por el mundo y superación personal.

Su mentor, Carlos Alberto Barrese, está destruido. "He hecho mucha amistad y hoy me siento defraudado, porque yo creía que tenía 1 millón de amigos y hoy me doy cuenta que tengo 1 millón de enemigos", relata con mucha tristeza, en diálogo con 0221.com.ar.

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Ahora, intentará continuar en un nuevo local, a pocas cuadras. En su lugar comenzarán la construcción de un edificio de 15 pisos.

Mientras en la ciudad llueve, Carloncho y su empleado "José, mi hijo del corazón, que me acompañó en las buenas y en las malas", según define, acomodan el caos. Lo que hasta este último fin de semana fue uno de los restaurantes más emblemáticos de La Plata ahora es prácticamente un rincón en ruinas.

Y dentro de poco será escombros, porque allí planean construir un gigante de 15 pisos, continuando la tónica del resto de la ciudad, que en los últimos años se transformó a una velocidad desmedida y sin una planificación acorde a la identidad de un lugar que se caracterizó desde sus inicios por ser un cuadrado perfecto, armonioso y organizado.

Carloncho está derrotado. Él mismo lo repite una y otra vez. Entre lágrimas, se lamenta por haber confiado en mucha gente que hoy le da la espalda.

"Yo creía que me iba a ayudar mucha gente, al ser tan conocido en La Plata. No recibí ningún tipo de ayuda de nadie. En los momentos más difíciles, la gente se esconde. Me siento defraudado, porque yo hice mucho bien a la gente que no tenía nada, y ellos ya al saber que yo me iba de acá, empezaron a dejar de venir, para no sentirse comprometidos en nada", lanzó.

El pizzero de 80 años las pasó todas: alejado de sus padres, vivió los primeros 20 años de vida en distintos orfanatos. Luego pasó la siguiente década preso por robo -en la Novena, la Primera, Devoto, Caseros y Ezeiza- hasta que se exilió en Estados Unidos y terminó viajando por el mundo con un pasaporte falsificado, como portorriqueño: paseó por Bélgica, Italia, Francia, España, Noruega, Israel y África. Antes había vivido bajo el puente de Brooklyn rodeado de gente sin techo y comiendo de la basura.

Su relación con la moozzarella comenzó allá en Nueva York, en una esquina entre la calle 42 y la 7ma avenida, en donde aprendió el oficio de pizzero y se lo trajo a la ciudad de las diagonales.

En 1980 dio el puntapié inicial en la esquina de 5 y 51. Allí le hizo probar a todo el barrio la famosa pizza a la piedra. Así, vivió durante la década del 80 su época más gloriosa, en donde llegó a tener 30 empleados.

"Hoy me llegó el desalojo porque van a edificar. No me renovaron el contrato y desaparece Carloncho", define mirando a la ventana, con resignación. Esto, luego de que un fallo judicial le pusiera fin a la historia de la pizzería que vivió durante casi 40 años en Plaza Rocha.

¿Cómo sigue la historia? "Es muy probable que nos vayamos a un lugar de 59 entre 1 y 2, de pizzas y empanadas para llevar, para seguir atendiendo a mis clientes", se esperanza uno de los personajes más tradicionales de la ciudad, que hoy está atravesando uno de los momentos más tristes de su vida, pero -consecuente con su propia historia de superación personal- tampoco se dará por vencido.

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