Por Mariana Sidoti
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Por Mariana Sidoti
Seis camas para 26 pacientes en la sala de agudos para hombres, otras veinte para 30 mujeres: las cifras son una escasa muestra de las críticas condiciones en las que se encuentra el Hospital Neuropsiquiátrico Alejandro Korn de Melchor Romero. Allí se alojan 520 pacientes, muchos de los cuales ya fueron dados de alta pero no tienen a dónde ir. Es la historia repetida de un sistema de salud colapsado y vuelve a ser noticia una vez más.
En estos días, el fuerte temporal con granizo que azotó la región provocó el desborde de cloacas e inodoros y la caída de mampostería. Es que cada vez que hay tormenta "llueve por arriba y brota por abajo", comentó a 0221.com.ar la delegada de CICOP Laura Constanzo.
Constanzo contó además que el tablero de electricidad "se quemó varias veces" con las lluvias, hasta que lo cambiaron. En el psiquiátrico hay cortes de luz intermitentes y muchas veces se usan colchones sobre el piso para internar nuevos pacientes. Aun así, a diferencia de otros hospitales públicos, el Korn no recibió fondos para refaccionar su guardia de salud mental.
La realidad es crítica, explicó la delegada y concluyó que "los compañeros de guardia sufren, no solamente porque no hay un equipo interdisciplinario para atender sino porque a veces ni siquiera hay psiquiatras. No hay ninguna política sanitaria dirigida a atender dignamente la salud mental de las personas".
0221.com.ar también dialogó con Belén Maruello, trabajadora del hospital y activista por la desmanicomialización. "Si bien ingresan más personas de las que deberían, sobre todo en los agudos, creemos que es un dato más en una problemática que necesariamente tiene que ser complejizada. Que ingrese más gente tiene que ver con el tipo de política pública que no garantiza la descentralización de los servicios", explicó la médica.
En el mismo sentido añadió que en los pabellones donde se alojan los pacientes crónicos ya nadie tiene criterio de internación: "Sucede que los destrozos que ha hecho el manicomio con esa persona, más la falta de políticas públicas que no permiten que se les garantice una vida y un acompañamiento afuera, hace que los manicomios sigan existiendo" y que muchas personas que podrían ser externadas se vean imposibilitadas de hacerlo.
En 2014, el CELS junto con la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) y el Movimiento de Desmanicomialización de Romero (MDR), presentaron un pedido de amparo ante el Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 3, reclamando por las condiciones del lugar.
En esa presentación se hacía referencia no solo a la infraestructura, sino al poco personal que trabaja en el lugar y al exceso de medicación al que sometían a los pacientes. "La ley nacional de Salud Mental (26.657) dice que en el 2020 los psiquiátricos tienen que cerrarse, y el Estado tiene que poder proveer alternativas vinculadas a una integración en la comunidad y la sociedad: casas de medio camino, de convivencia, asistidas; y para las personas que tienen un episodio que requiere atender su salud mental, servicios en los hospitales generales", explicó a este portal la coordinadora de Salud Mental del CELS, Macarena Sabin Paz.
Pero el estado actual del neuropsiquiátrico está lejos de esa realidad. Una vez presentado el amparo se dispuso la creación de una mesa de trabajo que funciona todas las semanas con integrantes de los organismos de derechos humanos, las autoridades del hospital y funcionarios bonaerenses. Según Sabin Paz, las reuniones fueron positivas aunque todavía "la Provincia no está brindando respuestas como para que las personas puedan ser externadas y vivir en la comunidad".
Hace poco más de una semana, durante la visita de una comitiva del CELS al hospital, se enfocaron en la situación de los sectores de agudos (mujeres y hombres) que junto con el área de Atención en Crisis son las más superpobladas del hospital. Un mes antes, la sala había sido visitada por un relator contra la tortura de la ONU.
En el informe del organismo internacional observaron "condiciones aberrantes" por lo cual recomendaban el cierre del establecimiento. "Nosotros observamos que las condiciones edilicias son muy graves: agujeros en los techos, agua en los pisos, en los baños, ventanas sin vidrios", enumeró Sabin Paz. Por eso pidieron al juez Francisco Terrier, ante quien habían presentado el amparo en 2014, que indique el cierre de las admisiones. Es decir, que nadie más se pueda internar en la sala de agudos porque "sería someterlo a condiciones de indignidad". Al menos hasta el segundo semestre del año, cuando están previstas diversas obras en esas alas del hospital.
Desde la mesa de trabajo surgieron distintas comisiones de trabajo que dan cuenta del deterioro del nosocomio: psicofármacos, derechos sexuales y reproductivos, violencia institucional y alimentación. "Hay muchas cosas que van avanzando en el marco de este amparo, que no las indica el juez pero las vamos consensuando. El diagnóstico que planteamos con agudos fue compartido por toda la mesa de trabajo, pero el cierre de admisiones lo tiene que disponer la Justicia y la Provincia", añadió Sabin Paz.
Además, aseguró que "el dispositivo manicomial es muy fuerte y esta situación demuestra que los manicomios no tienen que existir más. Hoy es el sector agudos y hablamos de eso porque está denotado, pero en cuanto eso esté resuelto lamentablemente volveremos a hablar por un problema en otro lado, o hasta un fallecido".
Fotos: gentileza Infobae