Por Martina Mozo
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Por Martina Mozo
El tabaquismo es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Los trastornos que produce el fumar son bien conocidos, pero existen alternativas para aquellos a los que les cuesta abandonar el mal hábito: chicles, parches, tratamientos de todo tipo y, ahora, los cigarrillos electrónicos. Pero no todo es color de rosas en el mundo de los vaporizadores: mientras que algunos especialistas los consideran el reemplazo ideal, otros entienden que no se trata de un mecanismo saludable para abandonar la adicción a la nicotina.

La sargento Belén Nilson y la oficial Agustina Núnez, del Comando de Patrullas de La Plata, actuaron de manera decisiva tras un llamado al 911.
Los procedimientos, realizados entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, buscaron frenar una caravana de motos en La Plata.
De diferentes tamaños y colores, con formas de pipa o habanos, sean como sean, los eCigars llegaron a la Argentina y ya invaden la ciudad, aún cuando en el país se encuentran prohibidos por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). No son pocos los platenses que se las ingenian para esquivar las normas, conseguirlos e intentar despuntar el vicio.
"Nunca más probé un cigarrillo ni tuve el deseo, por ese lado no se me hizo difícil", explica Daniel (53) a 0221.com.ar. Es uno de los tantos usuarios y defensores del vaping, como se conoce a esta nueva práctica, y asegura los cigarrillos electrónicos son una alternativa importante para dejar de fumar. Tiene las ideas claras: "Arranqué a fumar a los 16 años y lo dejé hace tres años y medio, cuando probé esto, por eso decidí que iba a usarlos", remarca el hombre que, además los importa y comercializa.
A pesar de las facilidades que el vaping supone como alternativa para dejar de fumar, no son pocas las voces que se han encendido alarmas sobre su uso. La propia Organización Mundial de Salud (OMS) señaló que la institución "no considera que sean un tratamiento legítimo para quienes estén tratando de dejar de fumar" y llamó a los comercializadores a realizar estudios científicos para probar a ciencia cierta qué tan buenos o nocivos son.
En el país la realidad no es tan distinta. La ANMAT prohibió su comercialización, pero no el consumo. "Los traemos de China y suele ser complicado que lleguen, por eso puedo vender alrededor de uno por día", cuenta Daniel, quien además asegura que la comunidad platense de vapers es pequeña, pero crece con rapidez.
Hablando concretamente de números, Daniel afirma que sus clientes se dividen en un 70% de hombres y 30% de mujeres y que las edades suelen variar. "En general son personas de entre 19 y 25 años que están empezando a fumar o ya adultos de entre 30 y 60 que tienen el hábito de fumar muy incorporado", detalla.
Uno de los cigarrillos electrónicos más consumidos es el llamado “vapeador” que se divide en dos partes: por un lado la electrónica, donde se encuentran las baterías, y por otro lado el claromizador, donde se agrega la esencia y se genera el vapor que luego aspira la persona. Ese viscoso líquido es el que contiene la nicotina y los hay en numerosos sabores que van desde frutas hasta postres y cremas.
Los precios pueden variar dependiendo del producto y su utilidad. En cualquier caso, van desde los más sencillos con un valor de $200 hasta los más complejos que pueden incluir especias y alcanzar un valor de $2500.
“Hay pruebas comprobadas que el electrónico es 99% menos daniño que el cigarrillo habitual. Un 80% de las personas que lo consumen dejan de fumar”, sostiene Daniel, aunque de todos modos no existen estadísticas oficiales al respecto, pues la práctica no está reglamentada. No son pocos los especialistas médicos que difieren de esa idea y explican que aún no existen estudios científicos de calidad que puedan comprobar ese hecho.
El uso es simple: el fumador debe vertir las esencia de su gusto en el claromizador, cagar la batería en un toma eléctrico y disfrutar de los distintos sabores que existen, cuenta Daniel a 0221.com.ar y en ese mismo sentido agrega que existen aparatos donde la persona regula la nicotina, dependiendo de la cantidad de cigarrillos que fumaba, y, de a poco, puede ir quitándola por completo o no.
Este jueves se conmemora el Día Mundial sin Tabaco y La Plata fue sede de múltiples actividades alusivas a la temática. En ese marco, la UNLP brindaron una serie de charlas para concientizar en la temática, conferencias que estarán a cargo de los impulsores del programa "Mejor Aire" que lleva adelante la Comisión de Tabaquismo de la Dirección de Salud de la Universidad.
La iniciativa liderada por la doctora Lucía Pellegrini busca informar a la comunidad universitaria acerca de los perjuicios que provoca el consumo de cigarrillos, fomentando su reducción y eliminación del tabaquismo, además de impulsar la creación de espacios libres de humo en diferentes facultades y dependencias. En ese contexto, la Comisión impulsa tratamientos y cursos gratuitos para dejar de fumar, destinados a alumnos y trabajadores docentes y no docentes.
“Como médica no estoy de acuerdo y como profesionales de la salud no podemos indicarlo”, explica Pellegrini a 0221.com.ar. La especialista remarca que la práctica está prohibida por la ANMAT y agrega que existen datos científicos que demuestran la toxicidad de algunos productos que se utilizan en las diferentes esencias que se consumen en los vaporizadores. Sin embargo, admite: "Conozco gente que los usa y los vende, porque no hay controles sobre todo esto. Pero quienes lo hacen saben muy poco sobre ellos y se informan solo a través de Internet".
“Muchos de mis pacientes han tenido algún contacto con el cigarrillo electrónico. Un 60% lo ha utilizado ya que está muy difundido y lo encuentran en cualquier lado”, explica Pellegriní, quien además destaca: "Existe mucha propaganda sobre este tipo de productos, por eso muchos me preguntan. Se cree que es una solución mágica para dejar de fumar, pero lo cierto es que eso no existe".
Para la especialista la realidad es más compleja y, ahora, la medicina no solo debe luchar contra el tabaco si no también lidiar con los cigarrillos electrónicos. “Lo que buscamos como profesionales de la salud es que no fumen nada, ni cigarrillo común ni electrónico, porque el paciente no corta con la adicción ni con el vínculo con el cigarrillo y sigue utilizándolo en los mismos momentos de ansiedad o de nervios”, afirma Pellegrini
“No sirve para dejar de fumar, lo usan como alternativa o simultánea al común. Si bien todavía como estadística comprobada no está, se están haciendo estudios que señalan que la gran mayoría vuelve al cigarrillo del tabaco” concluyó la doctora.
Lo cierto es que, solución o no, cada vez son más lo que eligen este nuevo método para reemplazar el nocivo tabaco tradicional que, segùn se ha demostrado, contiene alrededor de 4 mil sustancias tóxicas. La polémica sobre el uso de los vaporizadores continúa mientras su uso se expande con velocidad. Mientras en algunos países la práctica ya es legal, en otros se niegan a permitirlo ante la falta de evidencias médicas. Permitido o no, el vaping parece haber llegado para quedarse.