sábado 08 de noviembre de 2025

Peronismo, arte callejero y rock local: entrevista a fondo con el secretario de Cultura

Se define como músico frustrado y amante del arte en general. Dice que cuando tiene "un mango" le gusta comprar cuadros hechos por platenses. Tras su vuelta de Italia, en donde fue recibido junto a Julio Garro por el Papa, habla de todo en una nota con este medio.

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Por Matías Moscoso

"Para mí ser peronista es un orgullo", le dice a 0221.com.ar Gustavo Silva, el secretario de Cultura y Educación de la Municipalidad de La Plata, que previo a trabajar con el intendente Julio Garro, estuvo al lado de Julio Alak y Pablo Bruera, en las anteriores gestiones. En su imponente despacho del Pasaje Dardo Rocha se emociona cuando habla de la República de los Niños como símbolo del gobierno de Juan Domingo Perón y promete continuar su legado hasta internacionalizarla con, por ejemplo, la visita de un numeroso grupo de Premios Nobel de la Paz en 2019.

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Se define como músico frustrado y amante del arte en general. Va a ver bandas y exposiciones locales los fines de semana pero prefiere no dar nombres propios porque "después van a decir que el 19 de noviembre arreglo quién toca".

Hace dos años protagonizó un par de hechos cruciales que lo enfrentaron con parte importante del movimiento cultural platense: las reiteradas clausuras en el rincón under por excelencia de la ciudad -Pura Vida- y el fin de la Orquesta de Cámara Municipal, que dejó de funcionar tras más de medio siglo de trayectoria. Hoy, a la distancia, repite una y otra vez que "clausurar una sala de teatro o centro cultural habla de la inoperancia del Estado". Y asegura que si una orquesta está durante 50 años con el mismo director, también significa un fracaso.

Para septiembre promete la llegada de la Feria Internacional del Libro en La Plata, después de arduas negociaciones con los organizadores. "Queríamos lo mismo que pasa en Buenos Aires, no somos una ciudad de segunda, somos una ciudad de primera: si a Córdoba y Rosario va la Feria Internacional ¿por qué acá no?", remarca con vehemencia.

- ¿Cuál es el balance de lo realizado hasta el momento en la Secretaría de Cultura?

- Yo tengo una visión muy crítica de lo que hacemos. Por un lado estoy contento, pero decir que estoy contento, cuando te falta mucho, no está bueno. Lo que hicimos está buenísimo, pero falta un montón. Vamos a terminar el Pasaje, los edificios, las restauraciones, los programas educativos que queremos, de desarrollo de arte, pero incluso en ese momento también voy a decir que me falta un montón. Vengo de la producción y los productores nunca vemos que algo está terminado, como por ejemplo un disco: un disco nunca se termina; se abandona. Hoy daba vueltas por el Pasaje y veía que los pisos no me gustan, que estaría bueno cambiar un rincón.

- ¿Cómo define a la ciudad de La Plata?

- Primero, es la ciudad que amo. Yo nací acá, soy platense, es la mejor ciudad del país. Tengo una conexión tremenda con la historia de esta ciudad, me formé acá, es la ciudad que me abrió las puertas, no tenía un mango cuando arranqué, mi primer laburo fue acá en el Pasaje. Esta ciudad me salvó la vida. Es la que más potencial tiene el país para desarrollarla: la cultura, gastronomía, producción, específicamente el arte, todo. Desde lo cultural, tan fuerte como Rosario y Córdoba, dos ciudades que yo admiro porque han sabido vender al país su identidad cultural, que es muy fuerte, muy de ellos, y con una gestión en Cultura de las más importantes del país, sacando a la Ciudad de Buenos Aires, que automáticamente siempre se proyecta como la gran ciudad del país. En realidad este no es un país muy federal; es un país en donde Buenos Aires siempre se ha desarrollado porque la industria del entretenimiento están ahí.

- La Plata está llena de artistas emergentes y otros con mucha trayectoria, que históricamente se sintieron relegados por el Estado, por ejemplo en los grandes festivales, en donde se contratan a bandas consagradas de Capital y se deja afuera a las locales. ¿Cómo trabajan para revertir esto?

- Es verdad. Siempre los artistas de la ciudad estuvieron bastante relegados. Y la ciudad en ese sentido es tremendamente pujante: nosotros tenemos artistas impresionantes, en artes plásticas, música, teatro, danza; en cada disciplina hemos logrado tener representantes que exceden la ciudad, a nivel nacional e internacional, como Iñaki Urlezaga, Paula Almerares, los Virus, los Redondos, Raúl Mazzoni, Emilio Pettoruti, Luis Tomasello. Me parece que tienen razón en que el Estado tiene que tener una presencia mucho más fuerte. No existe en ninguna parte del mundo una industria del arte y la cultura si no hay una presencia fuerte del Estado. El cine en este país no sería lo que es si no está el INCAA; en la música y el teatro tiene que pasar exactamente lo mismo.

Acá en La Plata falta que nos juntemos los platenses para empezar a generar políticas. Nosotros hemos hecho todo lo que hemos podido; nosotros casi no tenemos contratación de artistas nacionales, se trabaja mucho con lo local: los aniversarios de la ciudad, las fiestas populares. La prioridad es generar empleo, y más el actor de la cultura, porque no es fácil conseguir un laburo siendo artista. No es un país fácil para el arte; el Estado tiene que tener una política muy activa y presente para esa área.

- Hace dos años hubo reiteradas clausuras en Pura Vida, el rincón under de la ciudad, que motivaron un fuerte rechazo de las bandas y el público que lo frecuenta ¿Cuál es la reflexión que ustedes hacen al respecto?

- Para mí hablar de clausura es como hablar de privatización. Son dos palabras que no me gustan, por lo menos en lo que respecta al arte. Yo no me meto con un comercio, con un paseo de compras. Desde lo comercial y la gastronomía yo no puedo hablar; sí desde el arte: clausurar una sala de teatro o centro cultural, la clausura es el estadío de la inoperancia del Estado, porque en lo que refiere a mi área, el Estado tiene que estar presente y ayudando a que esos espacios puedan habilitarse.

Para la gente que se dedica a la cultura no es fácil conseguir laburo; hoy por hoy en la Argentina no es rentable tener un centro cultural; todo lo contrario, los chicos que trabajan en los centros culturales ponen guita, y no es fácil reunir el dinero para sustentar todas las actividades que hay, que además cumplen una función social. Ahí el Estado tiene que ayudar. Por eso yo estuve de acuerdo en reglamentar una ordenanza que hizo Florencia Saintout, porque darles un subsidio a los centros culturales y ayudarlos a que puedan habilitarse me parece importante. Pura Vida para mí era ese ejemplo. 

- ¿Por qué la Orquesta de Cámara Municipal dejó de funcionar tras medio siglo?

- Lo que pasó es que nunca nos pusimos de acuerdo entre lo que quería la Secretaría y lo que querían los integrantes la Orquesta. Primero en el funcionamiento, la Orquesta dependía de una Fundación, hicieron un primer pedido que excedía lo que nosotros podíamos pagar; nosotros estábamos recién llegados y no podíamos afrontar la mitad de lo que pedían. Yo creo que los elencos estables son buenísimos para el Estado: tener un coro estable como el de niños que fundamos, tener un ballet estable, tener una orquesta de cámara, pero si hay renovación y elección de autoridades. Si una orquesta tiene una misma formación o está durante 50 años con el mismo director y todo, es que también fracasaron el Estado y la ciudad.

En una ciudad como esta, suponer que los únicos músicos que nos representan son los 24, o 20, o 5, que forman una orquesta durante 50 años, sería tener una visión sesgada del potencial que tiene esta ciudad. A mí me parece que tenemos que tener elencos estables y renovables cada dos años; y en esos dos años habría que renovar casi el 100% por concurso de los lugares, porque hay que darle lugar a los nuevos músicos; si no vos tenés a un mismo tipo que es director durante 50 años de un elenco estable -y yo reconozco al maestro Roberto Ruíz, no es que hablo personalmente de alguien-. Tenemos una ciudad de grandes músicos y directores, así que cerrarles las puertas al resto, habla mal de la gestión.

- Políticamente viene del peronismo y trabajó muchos años con las anteriores gestiones de Julio Alak y Pablo Bruera ¿Cómo llegó a ser secretario de Cultura del gobierno del PRO?

- Yo soy peronista. Laburé con Iván Maidana, que además fue Secretario de Cultura, es un amigo, lo respeto y tiene una conducta intachable, lo mismo con Julio Alak, con quien tengo una amistad, fue mi jefe durante 11 años. También te puedo hablar de Julio Garro, es mi amigo, lo quiero y me quiere, es el intendente que me dio la oportunidad de hacer algo que yo amo, que me abrió todas las puertas. Jamás he recibido de él una bajada de línea, algo ideológico que joda lo que yo quería hacer en Cultura; he trabajado con una libertad absoluta, he podido ejecutar mi presupuesto, siempre discutiendo, es un tipo muy presente, lo único que tengo que agradecer y reconocer que para mí ser peronista es un orgullo, es como ser de Estudiantes: uno no puede cambiar de equipo en la vida, yo voy a ser peronista a muerte hasta el último día de mi vida, es mi orgullo, lo que me emociona y me mueve, y no cambié ningún ideal porque tampoco me lo pidió Julio.

- Un símbolo del gobierno peronista en la ciudad fue la República de los Niños. Hoy, una de las apuestas fuertes de Garro es ponerla en valor. Con el viaje a Italia, por ejemplo ¿buscan mostrarla al exterior y explotarla en ese sentido?

- La República de los Niños es un sueño, la conozco de toda mi vida, iba con mi papá cuando era chico, la vi en esplendor, un esplendor que se dio en un intendente radical. Para mí es un símbolo peronista y es un orgullo estar haciendo un laburo ahí. Tratamos de ser lo más fiel al proyecto original, entendiendo que los chicos del año 51 no son los mismos del 2018. En base a eso corregimos y respetamos lo que Mercante -que para mí fue uno de los grandes gobernadores de la provincia de Buenos Aires-, lo que Perón y también Evita delinearon en un momento. Hicimos una exposición en Los Ángeles y estuvo buenísima: casi todos los artistas eran peronistas y había mucha impronta, como verla a Evita en las pinturas.

El primer peronismo fue glorioso; ojalá en algún momento los peronistas hagamos una gestión como esa, en donde teníamos a Evita, que fue una figura que yo amo profundamente. Es respetar un poco la genialidad que tuvieron los arquitectos Lima, Cuenca, Gallo, que tuvo Mercante, y cambiar un poco algunas cosas para adaptarse a los chicos de hoy. Es uno de los grandes patrimonios que tiene la ciudad y hoy por hoy es el lugar donde puede comenzar a desarrollarse la ciudad para afuera, internacionalmente.

- Hace exactamente dos años, la gobernadora María Eugenia Vidal anunciaba junto a su ministro de Cultura, Alejandro Gómez, y Garro, una inversión de casi 600 millones de pesos para remodelar el Teatro Argentino y el Anfiteatro Martín Fierro ¿En qué instancia están las obras?

- Estamos empezando a trabajar para darle un nuevo lineamiento a ese proyecto. Me reuní con el ministro Alejandro Gómez por eso; están avanzando las obras en el Teatro Argentino y es verdad que se armó una licitación aproximadamente por 186 millones, que quedó desierta dos veces porque había algunas cosas que no estaban claras para los constructores. Estamos trabajando en eso, para poder terminar una obra que es importantísima para la ciudad; hay que recuperar ese teatro, que además está muy emparentado con el proyecto de la República de los Niños, porque el que rediseña la obra del Teatro es Mercante, y se inaugura antes que la República, con él, Perón y Evita. En este año lo vamos a anunciar.

- ¿Como secretario de Cultura de la ciudad, los fines de semana va a ver bandas y obras locales?

- Sí, me gusta salir a comer y estar con mi familia, y salir a ver bandas. A veces no lo hago porque si voy a ver una banda y a la otra no, y mañana la primera banda gana un concurso por ejemplo para tocar el 19 de noviembre, van a decir cualquier cosa... y se malinterpreta. No quiero eso. Me gusta ir a ver música, amo la música. Pero viste, yo antes retuiteaba varias cosas de los músicos y otros me decían "¿viste? está arreglado, tiene un curro". Cuando tengo un manguito me gusta comprar cuadros de artistas platenses.

- Los artistas callejeros en la ciudad de Buenos Aires vienen denunciando que la Policía Metropolitana los persigue para echarlos de la calle. Como secretario de Cultura de un gobierno de Cambiemos ¿qué le genera esta situación?

- A mí me decían que cerraban los centros culturales y yo nunca tuve una prueba de que pase eso en CABA ¿Qué pienso? Si detienen a un artista callejero, me parece una aberración. El laburante de la cultura es callejero no solamente porque la cultura se gesta en la calle; sino también porque necesita salir a laburar. Voy a usar una mala palabra: los argentinos somos culorroto a veces, que me revienta. No hay nada más hermoso que llegar a una ciudad, como por ejemplo Praga, y ver a un coro cantando en la calle; vas a Italia, ves una escultura y te morís; y acá, con los artistas que tenemos... Yo inundaría la ciudad con coros, con bandas. No hay nada más hermoso que el arte en la calle. Vos llegás a Resistencia y está lleno de esculturas, todos los años hacen una feria; y eso es lo que tenemos que hacer nosotros en la ciudad. Si meten preso a un artista, me parece criminal. A mí no me gusta prohibir nada; mi límite -con perdón- es hacer cine porno, pero no estoy en contra.

En el arte yo no podría prohibir nada; porque imaginate el nudismo: en la Capilla Sixtina están todos desnudos, Miguel Ángel en su momento habrá recibido alguna crítica, no sé... pero la censura, no, es tremenda. La gente tiene que poder manifestarse, desde el respeto, obviamente.

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