Nacido en Los Hornos hace 45 años, Sebastián Padrón se fue de Argentina en el 2002 para probar suerte en el exterior. A pesar de las dificultades económicas, su sueño fue abrir una heladería, algo que logró en el 2010 en la localidad platense gracias a la ayuda de familiares y amigos. Sin embargo, la inseguridad lo obligó nuevamente a irse del país para instalarse en Italia donde, gracias a sus cualidades como heladero, logró abrir un local propio en Roma. La calidad de sus productos, llamó la atención del Papa Francisco a tal punto que, su dulce de leche granizado es el gusto preferido de su Santidad.
“Fui a Santa Marta en el Vaticano, el padre Mario me dijo que vaya allá. Fui con tres kilos de helados que lo recibió la seguridad y, después de esperar la respuesta, llegó una tarjeta escrita por él para agradecer la atención. Vino con las bendiciones y con una medallita”, afirmó Sebastián Padrón a La Nación. El platense comentó que “cada vez que va gente a visitarlo, pasa por acá y compra un kilo de helado”.
Según explica, su dulce de leche granizado llamó la atención del Papa porque es el único que se fabrica con dulce de leche traído desde Argentina. “Normalmente lo hacen llamado con pasta de caramelo”, detalló.
El recorrido en el mundo de los helados comenzó en el 1996, cuando decidió probar suerte en Kukú, ubicada en 19 entre 58 y 57, donde aprendió el oficio. “De curioso aprendí, me gustó y me pagaban bien. Dejé Sancor, puse un almacén con la idea de poner, después una heladería. Me agarró el corralito, me enojé mucho y me vine solo a Italia”, recordó.
Cuando ya había logrado cumplir su sueño en el 2010, la creciente ola de inseguridad en la región lo obligó a volver a probar suerte en el exterior. Gracias a la ayuda económica de sus familiares, inauguró “Padrón. Gelatería Artigianale”.
La calidad de sus helados hizo que su local sea un punto de referencia para todos los argentinos que visitan la capital italiana. Esa que tiene a uno de los clientes más famosos del mundo: Jorge Bergoglio.