“No están dadas las condiciones para que la final se lleve a cabo en la Argentina”, declaró Domínguez, presidente de la Conmebol, en una conferencia de prensa que sumó más incertidumbres que certezas a la definición del torneo más importante del continente. La máxima autoridad de la confederación aseguró que la reunión entre D’Onofrio y Angelici se dio en un “ámbito de total cordialidad”, pero las posturas de Boca y River estaban claramente enfrentadas.
Si bien en el anuncio se remarca que el encuentro se jugará en el exterior, entre los días 8 y 9 de diciembre, el propio presidente de la Conmebol sostuvo que “todo está sujeto a lo que decida el Comité de disciplina”. Esto hace que nada esté definido y por el momento sigue en pie la posibilidad de que den lugar al reclamo Xeneize de que el partido no se juegue y se lo den por ganado.
Por su parte, Daniel Angelici también hizo declaraciones y ratificó: "Boca va agotar todas las instancias para que analicen nuestro pedido y si es necesario iremos al TAS". Ahora se espera por la palabra de los dirigentes de River. Ahora de una u otra manera, los dos equipos se sienten perjudicados por el fallo de la Confederación. En las próximas horas habrá más claridad en los hechos y el veredicto del ente disciplinario, el cual establecerá la sanción que le cabe al elenco Millonario y la posible suspensión definitiva del encuentro.