El arzobispo de La Plata, Víctor "Tucho" Fernández, se reunió con un grupo de cartoneros frente a la Catedral y les bendijo sus herramientas de trabajo. “Hay gente de clase media que critica a los más humildes, dicen que no tienen ganas de laburar y uno los ve a ellos trabajando de mañana a noche, de lunes a domingo para llevar el pan a sus hijos”, dijo el religioso y desafió a la sociedad: "Cuando uno escucha esas críticas yo les diría que vayan a cartonear un día a ver cómo quedan".
Tucho describió el día a día del cartonero como “un trabajo pesado y duro” y por eso salió al cruce de quienes los critican. "Simplemente están pidiendo preservar esta fuente de trabajo. Si se la quitan qué van a hacer, en qué se van a meter para poder alimentar a sus hijos”, se preguntó el arzobispo, quien además sostuvo que tales personas“solo piden tener sus carros”. “No se permite la tracción a caballo, que está bien, pero están estos carros que son una buena alternativa para que sigan haciendo su trabajo. No es mucho lo que piden y es mucho lo que sufren”, advirtió.
"Aunque no es tanto, hay un incremento en la cantidad de cartoneros porque el que se queda sin trabajo y no encuentra, se empieza a desesperar y recurre a esta alternativa para no tener que entrar a delinquir”, evaluó también.
Esto se da en el marco de un reclamo por parte de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR – MTE), que actualmente cuentan con 30 recolectores de cartones con carritos a mano y bolsones, y que piden más cupos de la Municipalidad para que el sistema sea más grande aún. "Pedimos que nos den más cupos municipales para que entren más compañeros a trabajar con estos carritos a mano por el centro de la ciudad sin el carro a caballo", le dijo a 0221.com.ar Rodrigo Bernales, representante de este grupo de trabajadores.
“Esto va más allá de cualquier ideología, se trata simplemente de defender los derechos de los más abandonados de la sociedad y eso es lo que intentamos hacer con este pequeño acto”, expresó Tucho mientras bendecía los carritos. "Ellos están dispuestos a trabajar con estos carros a mano, pero en este momento esa posibilidad está parada. A algunos se les impide trabajar y por eso temen que esto termine en la nada”, los apoyó y además les entregó medallitas bendecidas.
Por su parte, los cartoneros le obsequiaron un cesto para que en el templo comiencen a separar el material reciclable de los residuos húmedos.