"Le pegaba sin ningún tipo de compasión y fuera de sí". En apenas once palabras Nelson Benito Paz, incriminó a Oscar Daniel Raúl Abramo, juzgado por la muerte de su pareja Sonia Mabel Morel Escurra, quien fue enterrada viva y sobre su tumba construyeron un pelotero para que jueguen sus hijas. El horroroso hecho fue descubierto en octubre de 2015 en una vivienda de Villa Elisa, donde el testigo y el acusado fueron vecinos.
El declarante brindó detalles precisos sobre cómo era la relación entre Abramo y su pareja, con quien tuvo una hija. Él le recriminaba su pasado como trabajadora sexual. "Lo hice por necesidad", era su respuesta en medio de gritos y golpes.
Paz recordó que cuando la víctima estaba embarazada, invitó al matrimonio para compartir un asado en su casa, lindera a la de la escena del crimen. Mientras se cocinaba la carne sobre las brasas, la pareja discutió por celos de momento. "Le pegaba sin ningún tipo de compasión y fuera de sí", recordó el testigo luego de que la fiscal Leila Aguilar le leyera un tramo de la declaración que había brindado en sede policial durante la investigación que impulsó el fiscal Marcelo Romero.
Poco tiempo después nació la beba de la pareja y él iba a ser su padrino, pero el bautismo nunca se llevó a cabo y la madre desapareció. "A todos nos parecía raro que se haya ido de la casa sin las nenas", rememoró Paz, para luego detallar que "Oscar le pegaba cachetazos a las nenas".
El testigo y el acusado tenían una buena relación de vecindad, hasta que una serie de episodios violentos los alejaron. En otra ocasión Paz le pidió al acusado que "no vaya más" a su casa con las nenas. En una visita vio cómo Abramo pellizcaba a una de las menores en sus senos. Allí se terminó la relación.
Antes expuso Laura Valeria Abramo, hermana del procesado por homicidio doblemente calificado (vínculo y género). Sostuvo que no tenía relación con su hermano y confirmó que el padre le dijo que su hermano había matado a la víctima y la había enterrado en el patio de la casa.
En el inicio del debate, la fiscal Aguilar sostuvo en su lineamiento acusatorio que Abramo "abusó de su condición de hombre y en desmedro del género opuesto". La atacó a golpes y la enterró viva. La mujer murió asfixiada. Tras enterrarla, construyó un pelotero sobre su tumba, donde jugaron las hijas de la víctima.
Según reconstruyó el fiscal Romero en su investigación avalada por el juez de Garantías, Pablo Raele, "en los primeros días del mes de agosto" de 2015 Abramo asesinó a su pareja en el hogar de convivencia de calle 18 entre 422 y 424. En su pedido, el magistrado detalló que "aun encontrándose la víctima con vida y con la finalidad de ocultar evidencia enterró el cuerpo de la misma en el patio del mismo predio, causándole su muerte por asfixia por sofocación".
El informe preliminar de la autopsia, firmado por los doctores Andrés Lamotta, Andrea Scaroni y Natalia Alpaca, integrantes del Cuerpo Médico Forense Departamental La Plata, explicita que "el cuerpo no presenta lesiones contuso cortantes; sólo un corte superficial en la parte superior de la frente de tres centímetros de longitud y un gran hematoma en la parte izquierda de la cara, a la altura del maxilar, no siendo causales del deceso ni la herida ni el golpe", según se detalla en el expediente al que accedió 0221.com.ar.
Romero destacó "el desprecio del imputado hacia el género opuesto" y manifestó en el escrito que "la circunstancia de haber construido sobre la improvisada sepultura de su mujer un pelotero, para que jueguen los hijos de la occisa, demuestra y exhibe en un acto de extrema abominación y cinismo y un repulsivo desprecio por la vida de Sonia Mabel Morel Escurra, mancillando su memoria".
