Las cámaras de la televisación lo mostraron con claridad, pero nadie sabe qué vio Germán Delfino. Leonardo Faravelli levantó el pie, pero ni siquiera llegó a tocar a su rival del Tomba y hasta tuvo tiempo para correr el pie antes de impactar al jugador.
El futbolista mendocino se dejó caer y acusó un golpe que nunca existió. El árbitro marcó la infracción y no dudó: sacó de su bolsillo la tarjeta roja y expulsó al volante central tripero, en medio de las insistentes quejas de los jugadores de Gimnasia.
La expulsión dejó al Lobo con diez, mientras se defendía del ataque mendocino que buscaba inclinar la cancha para llegar al empate. La decisión dejó a Delfino en el centro de la escena, cuya decisión podría traer cola en el transcurso de la semana.