Marilyn Bernasconi, fue anotada en el Registro Civil como Marcelo. Desde pequeña fue tratada por su madre como una niña. Hoy está condenada por matar a su mamá y a su hermano a escopetazos en un campo de Oliden en mayo de 2009. Purga la sentencia a perpetua en el penal de Florencio Varela. Pero el encierro no es excusa. Su historia puede más que cualquier muro o reja. Una película y un libro retratan su particular vida.
Nacida y criada en una zona rural, su madre la vestía con polleras y tacos. Pero de grande no aceptó su homosexualidad y la denostaba a diario. La historia terminó mal. En un ataque de furia, Marilyn la mató a ella y a su hermano. Intentó la coartada del robo, pero el fiscal Marcelo Martini no cayó en la trampa. Cuando la causa fue elevada a juicio oral, pidió ser juzgada por jueces homosexuales. La solicitud no prosperó.
El 7 de octubre de 2013 fue protagonista del primer matrimonio igualitario celebrado dentro de una cárcel. Contrajo enlace con Guillermo Casero, más conocido como “El sátiro de la pollera roja”, preso desde el 2010 por violar a diez mujeres en Florencio Varela.
La historia de Marilyn llegó al cine. El film muestra la discriminación que sufre un adolescente homosexual en una zona rural. La película se estrenó en el porteño cine Gaumont.
La película fue dirigida por Martín Rodríguez Redondo, lo que marcó su ópera prima en el arte audiovisual. El estreno fue en varias salas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Antes del film, se había presentado el libro Yo soy Marilyn, escrito por Alejandro Barboza, según confió la protagonista mediante un breve contacto por Facebook con 0221.com.ar.
EL CASO
Juana Alicia Pérez, la madre de Marilyn, y su otro hijo, Carlos, la trataron muy a mal por su homosexualidad. Hasta que aquella mañana del 26 de mayo de 2009 en la estancia "El Rosario", situada en el kilómetro 79 de la ruta 36, con de 18 años, agarró una carabina calibre 22, y aunque nunca había disparado, la usó y con dos certeras detonaciones por la espalda acabó con la vida de su familia.
Marilyn escapó corriendo con el arma en la mano, la tiró a unas cuatro cuadras, fue a la casa de un vecino e inventó la historia de un robo que nadie creyó. Horas más tarde, le contó al fiscal acerca de su vida, el hostigamiento familiar por su condición de homosexual, sus fantasías suicidas frustradas y lo que se acordaba del doble crimen. Desde entonces está presa.
En el juicio que se desarrolló en 2010, Marilyn contó ante el Tribunal Oral en lo Criminal IV de La Plata que durante su infancia su madre le regalaba "vestidos, muñecas, bijouterí" y había crecido "como una nena", pero cuando fue más grande rechazaba la relación que mantenía con otro joven. Para los jueces fueron dos ejecuciones y lo condenaron a perpetua. Su abogado defensor, Nicolás Malpeli, apeló a Casación planteando que padeció un “trastorno mental transitorio” al momento del hecho, lo que en 2011 también fue rechazado.
Marilyn ya lleva más de nueve años de encierro. Le falta más de una década para acceder a la libertad condicional, pero ella se siente libre de la presión familiar por su homosexualidad.
