Este domingo los argentinos decidirán en el balotaje quién será el nuevo presidente desde el 10 de diciembre y al elección plantea algunas diferencias respecto de las elecciones generales, más allá de la más evidente que es que en los cuartos oscuros están solo las boletas de dos fórmulas presidenciales, la de Sergio Massa y Agustín Rossi de Unión por la Patria y la de Javier Milei y Victoria Villarruel, de La Libertad Avanza.
El rol que tendrá el voto en blanco promovido por los sectores que no comulgan con ninguno de los dos espacios es uno de esos aspectos.
Los resultados de los comicios generales del 22 de octubre marcaron una victoria Massa, con un 36,68% de los votos. Como escolta aparece Javier Milei con un 29,98%. La segunda vuelta quedó definida debido a que ninguno de los dos llegó al 40% requerido para ser elector en caso de sacar más de diez puntos de distancia.
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Los encuestadores prevén un alto índice de voto en blanco en el balotaje
EL VOTO EN BLANCO
Según el Código Nacional Electoral, un voto se computa como blanco cuando el sobre estuviere vacío o con papel de cualquier color sin inscripciones ni imagen alguna.
En cambio, el voto nulo, una forma de sufragio que podría confundirse con el voto en blanco, es aquel que se emite mediante boletas no oficializadas, contiene objetos extraños, y/o defectos formales suficientes como para anular la opción electoral.
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En el balotaje de este domingo, los votos se contarán sobre los “votos afirmativos válidamente emitidos”, es decir, los votos que hayan marcado una de las dos propuestas electorales.
Esto implica que los votos en blanco se excluirán y el porcentaje del resultado será producto de los votos afirmativos.
Para votar en blanco el sobre debe encontrarse vacío; debe contener un papel (de cualquier color), sin imágenes, textos ni objetos extraños; o tiene que presentarse una boleta oficializada, pero que le falte el cuerpo correspondiente a una categoría.