El líder de la barra de Gimnasia dio una extensa entrevista para una canal de YouTube, habló de todo y admitió en cámara lo que silenció ante el fiscal.
La feroz pelea entre barras de Estudiantes y Gimnasia, cruzada por la interna gremial en la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) de La Plata, sigue siendo motivo de investigación y en una entrevista realizada en la mañana del pasado 13 de abril el líder de la barra tripera, Cristian "El Volador" Camilleri, admitió ante la cámara lo que le ocultó al fiscal.
Camilleri dio una extensa entrevista en la previa del clásico platense que se puede visitar en el canal de YouTube del creador de contenidos Joaco Santos, quien no vaciló en preguntarle sobre el feroz enfrentamiento registrado el 25 de marzo en el Hospital San Roque de la localidad de Gonnet.
La Justicia arrestó al referente de la barra de Estudiantes, Iván Tobar, tras una pericia central y el testimonio de un arrepentido que lo vinculó a amenazas.
El jefe de "La 22" (tal como se conoce a la barra del Lobo) señaló que le gustaría el regreso de Juan Pablo "Pata" Medina y Cristian "Puly" Medina a la conducción de la seccional local del gremio, que hasta hace un mes se referenciaba con Iván "El General" Tobar, uno de los jefes de "Los Leales" (la barrabrava del Pincha).
Esa mañana el Volador aseguró que llegó hasta la céntrica plaza de La Plata a reclamar por puestos de trabajo en una gran obra a cargo del Gobierno bonaerense. En el acto de inauguración estaba Tobar (quien fue detenido por los incidentes y es acusado de ser quien dio de la orden de ejecutar al ataque, en represalia por lo que había ocurrido en la inauguración de la remodelación de Plaza San Martín donde Camilleri, al frente de un grupo de barras, llegó en medio del acto oficial con intenciones poco claras), ya que los trabajadores que ejecutaron las obras son de su línea sindical contraria a la del clan Medina.
"De mi parte el sindicato no tiene nada que ver", pero inmediatamente señaló que le gustaría "el gremio que era antes, que era del Pata Medina y el del Puly Medina, que verdaderamente la gente estaba bien", lanzó Camilleri ante la pregunta del entrevistador. La familia Medina, sin embargo, perdió el control del sindicato a fines del mes de septiembre del año 2017, luego de que fueran detenidos y procesados por asociación ilícita, entre otros graves delitos. La causa que los involucra todavía debe ser resuelta por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que puede ordenar que finalmente se realice el postergado juicio oral o que se siga investigando a ese clan.
Tras los incidentes, cuando quedó internado por la agresión, Camilleri no aportó nada ante el fiscal que se acercó al centro de salud a tomarle declaración testimonial. En la entrevista publicada hace días, en tanto, reconoció su simpatía por la familia Medina.
A un mes del feroz ataque, la investigación penal en curso se divide en dos grandes ejes: por un lado, la emboscada y el intento de homicidio contra Camilleri; y, por otro, la agresión a policías y los destrozos registrados dentro del hospital. El expediente está en manos del fiscal Gonzalo Petit Bosnic, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°3; quien prepara los pedidos de prisión preventiva para la mayoría de los implicados, especialmente los vinculados al sector de Iván "El General" Tobar quien disputa el control de la seccional local del gremio de los trabajadores de la construcción con varios de los familiares del excacique sindical "Pata" Medina.
Según consta en la investigación penal preparatoria (IPP), los hechos ocurrieron cuando un grupo de al menos nueve personas presuntamente lideradas por Tobar emboscó en la zona de La Loma y apuñaló a un hombre conocido como Fernandito, uno de los laderos más cercanos al Volador.
La secuela de ese ataque siguió en el centro asistencial de 508 y 19, cuando un desprendimiento del sector de Tobar irrumpió para agredir a allegados del herido, que había sido trasladado hasta ese lugar. Parte de aquellos enfrentamientos quedó registrada por testigos y cámaras de seguridad.
Por esa agresión, todos los detenidos del sector de Tobar fueron imputados por homicidio en grado de tentativa y robo agravado por el uso de arma blanca, así como por tentativa de asesinato agravada por el concurso premeditado de dos o más personas y el empleo de arma de fuego.
Además, el expediente incorpora una segunda línea de investigación que apunta a los hechos ocurridos dentro del hospital, donde tuvo lugar una agresión a efectivos policiales y severos daños materiales al nosocomio. Por esta causa hay cuatro barras del sector de Camilleri detenidos: Nelson Rolando Bordón, Mauro Yoel Perrilli, Juan Carlos Carrazán y Lucas Cardellini, arrestado cuando intentaba ingresar al estadio del Lobo durante el operativo del clásico platense.
Por el primer tramo de la causa, vinculado al intento de homicidio y la emboscada a Fernandito, se encuentran detenidos el propio Tobar, Luis Nievas, Emiliano Nicolás D'Amico, Brian Gabriel Gamarra, Franco Rubén Gamarra, Víctor Alexis Ybarra y Nehuén García, así como dos de los hijos de Tobar, Santiago y Rodrigo. Los nueve enfrentan delitos cuya expectativa de pena podría superar los 10 años de prisión.
La fiscalía sostiene que el exlíder de Los Leales dio la orden de ejecutar la emboscada, aunque la defensa encabezada por el abogado Germán Oviedo se prepara para discutir esa calificación penal. El letrado plantea que no hubo intención homicida ni pruebas suficientes que acrediten la planificación del ataque. En su estrategia, buscará individualizar responsabilidades y desarticular la tesis del "comando organizado", como plantea la acusación.
"Las acusaciones están hechas en base a suposiciones. El fiscal supone que Tobar dio la orden, pero no hay elementos objetivos que acrediten esa circunstancia", afirmó Oviedo en diálogo con fuentes judiciales que siguen el caso.
Del otro lado del conflicto, los tres detenidos identificados como parte del grupo de Camilleri están acusados por agresión a la fuerza pública y daños agravados a las instalaciones del hospital de Gonnet.
Según fuentes del Ministerio Público Fiscal, el caos generado durante el traslado de los heridos derivó en destrozos dentro de la guardia del centro de salud y, en ese contexto, varios policías fueron atacados mientras intentaban frenar la pelea campal.
Uno de los detenidos, Cardellini, fue arrestado días después del incidente, cuando intentó ingresar al estadio del Bosque durante el operativo de seguridad del clásico platense. La fiscalía investiga si su presencia en el hospital tuvo un rol activo en los desmanes o si, como argumenta su defensa, "solo estuvo acompañando a los heridos sin participar de los incidentes".
El enfrentamiento no solo se inscribe en una disputa futbolera. La interna entre Tobar y Camilleri excede la rivalidad deportiva y se proyecta sobre el control territorial de distintas zonas del Gran La Plata, en especial aquellas con presencia de obras públicas o desarrollos inmobiliarios donde la UOCRA juega un rol clave.
Como ya reveló este medio en una radiografía completa del expediente, Tobar y su entorno enfrentan además una causa paralela por asociación ilícita y amenazas agravadas en la que también se investiga el intento de copamiento de seccionales y delegaciones obreras tras la caída del Pata Medina. El choque del 25 de marzo puede entenderse, entonces, como parte de una guerra por el poder, en la que el fútbol funciona como excusa, pero el botín final son las cajas y los territorios de influencia.
Más allá de las responsabilidades individuales, fuentes judiciales consultadas por 0221.com.ar señalaron que la gravedad de los hechos, los antecedentes penales de varios de los involucrados y la elevada pena en expectativa, configuran un escenario judicial muy complejo para los imputados.
La defensa, por su parte, buscará impedir ese desenlace solicitando la morigeración de la medida de coerción y discutiendo la calificación de los delitos. De fondo, se abre una contienda jurídica que promete extenderse en el tiempo, atravesada por la violencia barrial, la política gremial y el control de la calle, donde Estudiantes, Gimnasia y la UOCRA vuelven a cruzarse, esta vez en el terreno más crudo de todos: la Justicia Penal.