Un pedido de 35 años de reclusión pesa sobre Gabriel Landívar (64) acusado de matar al novio de su ex esposa e intentar matarla a ella en un caso registrado en el año 2018 en La Plata y que conmocionó al país. La defensa consideró “irrisorio” el requerimiento de la fiscal de juicio Victoria Huergo y reclamó una condena de 12 años de prisión bajo arresto domiciliario.
Landívar fue juzgado mediante el mecanismo de juicio por jurados. Fueron 12 ciudadanos quienes concluyeron que es culpable del delito de homicidio agravado en concurso real con intento de femicidio. Este martes 12 de diciembre se realizó la audiencia de cesura que estuvo a cargo del juez técnico Andrés Vitali del Tribunal Oral Criminal III de La Plata.
La fiscal Huergo valoró como atenuantes de la pena la carencia de antecedentes criminales y el buen concepto del condenado aportado por testigos que declararon en el juicio oral. Pero al momento de describir las agravantes de la condena señaló la planificación de ataque, la organización del delito, la eliminación de vestigios para intentar deslindarse del hecho, el mayor dolor irrogado a las víctimas por las torturas físicas y psicológicas y el estado de indefensión del novio de su ex mujer quien estaba en silla de ruedas. Ante este cuadro requirió la imposición de una pena de 35 años de reclusión.
La defensa a cargos de los abogados Gonzalo Alba y Juan Pablo Marti consideró “irrisoria” el pedido de pena por entender que es contraria a los derechos humanos en relación a la expectativa de vida de una persona de 64 años de edad como es el caso de Landívar quien lleva detenido poco de más de un lustro en prisión preventiva.
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Victoria Huergo, fiscal de juicio de La Plata
Foto: AGLP
Los defensores también señalaron que la aplicación de ese monto de pena es contraria a los derechos de la vejez y se enfocaron en que las penas de prisión y reclusión ya fueron equiparadas por el máximo tribunal del país y que se debe aplicar el régimen de prisión.
En su réplica la fiscal recordó que se trata de un concurso de delitos, que la pena a aplicar puede llegar a 45 años de prisión y que el Código Penal habilita condenas de hasta 50 años. Para la respresntante del Ministerio Público la pena solicitada tiene carácter “restaurativo” y es “proporcional” al hecho cometido, mató a una persona e intentó matar a la madre de su hija menor.
EL JUICIO
Los integrantes del jurado concluyeron que Landívar es culpable de los delitos de “homicidio simple” por la muerte de Fernando Waldemar Torres Guerra en concurso real con “tentativa de homicidio triplemente calificado por violencia de género, alevosía y vínculo” en relación al feroz ataque que sufrió su ex esposa con quien tuvo dos hijos.
Luego de varias horas de alegatos y deliberación de los jurados hasta última hora del viernes 17 de noviembre pasado se dio fin a un nuevo proceso de juicio por jurado que contó con la dirección técnica del juez Andrés Vitali del Tribunal Oral Criminal (TOC) III de la capital provincial.
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Gabriel Landíva fue detenido en la localidad de San Carlos a las pocas horas del hecho
Se sospecha que el acusado mató al novio de su expareja mientras ambos cenaban en la casa de la mujer en la localidad platense de San Carlos. Después de la detención del asesino, que alegó que se trató de un "tema familiar", salieron a la luz los detalles del ataque, que duró toda una madrugada.
Esa secuencia fue retratada por la sobreviviente, quien dio una versión espeluznante del padecimiento. Se salvó de milagro. También declaró una amiga de la mujer. Sostuvo que el acusado era celoso, controlador y que ejercía violencia psicológica sobre su ex mujer.
Se estima que Landívar montó un escenario para tapar su responsabilidad. En la escena de los hechos dejó elementos sexuales, vaselina, psicofármacos y al menos una botella de bebida blanca. Intentó encubrir su accionar montando una circunstancia de drogas, sexo desendrenado y alcohol. Pero su ex esposa sobrevivió y pudo narrar con detalles la violencia que padeció esa noche de terror.
LA CAUSA
En la investigación penal preparatoria se dio por acreditado que la tortura comenzó en la casa ubicada en calle 140 entre 48 y 50, desde la noche del viernes 5 de octubre de 2018 hasta las primeras horas del sábado. En esa propiedad vivía la expareja del acusado, identificada en la causa como E.R. Ambos habían tenido una relación tóxica, que terminó con un divorcio conflictivo. Sus dos hijos se habían quedado con ella.
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Fernando Waldemar Torres, la víctima fatal, estaba en silla de ruedas
Después de varios meses, la mujer comenzó una nueva relación con Fernando Waldemar Torres Guerra. Se conocían desde hacía muchos años, hasta que decidieron dar un paso más en el vínculo.
Landívar, quien según los familiares de E.R nunca aceptó la separación, estaba al tanto del noviazgo de su ex. "Mientras estés vos acá y él en Uruguay, todo bien. Si viene, la cosa va a cambiar", le habría advertido.
El exmarido cumplió con su amenaza. Cuando se enteró de que Torres Guerra había viajado a La Plata para reencontrarse con ella, planeó con lujo de detalles el homicidio. Mientras la pareja cenaba una pizza en el comedor de la casa, el remisero entró con un arma y una bolsa de nylon en la mano. Estaba sacado y dispuesto a todo.
"EMPEZÓ LA FIESTA"
"Ahora sí empezó la fiesta", les habría dicho, según reveló la hermana de E.R. Cuando vio a su expareja, se enojó aún más: "Te planchaste el pelo. ¡Mirá cómo se produce para vos! Para mí nunca te pusiste así", le habría reprochado.
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Landívar y su ex esposa se casaron en La Plata, tras el hecho ella volvió a su Uruguay natal
La tortura estaba por comenzar. Landívar sacó una botella, pastillas, una picana y guantes de goma. Al primero que agredió fue a Torres Guerra, que no tenía posibilidades de defenderse porque permanecía atado. Según detallaron los investigadores, los obligó a ambos a tomar una mezcla de fármacos y alcohol. Mientras, los insultaba.
En la reconstrucción de los hechos, las autoridades determinaron que el acusado arrancó la manguera de gas de una estufa, hizo un alargue y se la acercó al novio de su ex, a quien ya le había puesto la bolsa de nylon en la cabeza. Sin embargo, el informe preliminar de la autopsia determinó que el hombre murió por ahorcamiento. "Con un brazo rodearon su cuello y con el otro ejercieron presión, tirando hacia arriba", aclararon en el acta.
Tras asesinarlo, dejó a E.R tirada en el suelo de la cocina, desmayada por las torturas y los efectos del preparado que la había obligado a tomar. Cuando la Policía llegó a la escena del crimen, Guerra Torres ya estaba muerto y la joven fue trasladada al Hospital de Gonnet.
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Andrés Vitali, juez técnico del juicio por jurados
Foto: AGLP
A Landívar lo detuvieron pocas horas después, cuando lo interceptaron en la puerta de su casa, a pocas cuadras de la vivienda de su expareja. Ya en la comisaría, al acusado le colocaron bolsas de papel en sus manos para resguardar las posibles muestras de ADN.
El mecanismo de juicio por jurados se activó por pedido de la defensa. Fue un jurado ciudadano el que dictó el veredicto condenatorio. Ahora el juez Vitali, luego de escuchar a las partes, impondrá la pena a cumplir. Landívar lleva más de cinco años tras las rejas. La defensa podrá recurrir a una instancia judicial superior con sus quejas.