El 52,3% de los habitantes de La Plata, Berisso y Ensenada están debajo de la línea de la pobreza y el 20,1% de la indigencia, según los datos publicados en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC correspondientes al primer trimestre.
La Encuesta Permanente de Hogares del INDEC arrojó que en La Plata, Berisso y Ensenada, el 52,3% es pobre y que hay un 20,1% de indigencia.
El 52,3% de los habitantes de La Plata, Berisso y Ensenada están debajo de la línea de la pobreza y el 20,1% de la indigencia, según los datos publicados en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC correspondientes al primer trimestre.
Los datos, que llegan con varios meses de retraso, fueron analizados por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA). Para estos, la devaluación y la inflación, combinadas con el escaso aumento salarial, explican en parte el agravamiento de la situación social que afecta todavía más a los niños.
En los últimos 12 meses, la Canasta Básica Total sufrió un aumento del 275,7%. Además, para no caer en la indigencia, una familia necesitó $393.319.
"Las tasas de indigencia y de pobreza infantil habrían alcanzado niveles casi récord: 7 de cada 10 niños del país viven en un hogar pobre, mientras que 3 de cada 10 lo hacen en un hogar indigente, es decir, con ingresos que no cubren el valor de una Canasta Básica Alimentaria”, advirtieron desde la universidad privada.
Según se estima, el 69,7% de los niños sería pobre, y el 30%, indigente. De acuerdo a estos datos, sobre poco más de 11 millones de menores de 14 años, 7,7 millones viven en hogares pobres y de ellos, 3,3 millones son indigentes.
Los números son peores que los recabados en el último trimestre de 2023, con el gobierno de Alberto Fernández. Este se fue con 44,2% de pobres en la región y un 15,5% de indigentes. La media nacional pasó de 41,7% a 54,8% y de 11,9% al 20,3%.
La fuerte retracción del consumo, la recesión y la caída en la demanda de bienes y servicios a los trabajadores autónomos, en especial en el sector informal, contribuyeron a empeorar el flagelo.
“Esto explica que hayan caído en la pobreza trabajadores asalariados formales y clases medias cuyas remuneraciones no lograron acompañar a la inflación (incluidos los jubilados y pensionados), al mismo tiempo que caían en la indigencia trabajadores informales pobres ante la falta de demanda de trabajo y mayor competencia de precios; o, incluso, jubilados con haberes mínimos sin otros ingresos”, analizó el director del ODSA, Agustín Salvia.
El INDEC relevó 31 aglomerados urbanos y la UCA estima que la región del Gran Resistencia, Chaco, es la más pobre del país con una tasa del 79,5% y una indigencia del 38,6%.
Luego aparece Formosa con un 72% de pobres, La Rioja (68%); Santiago del Estero (67,1%) y Concordia (67%). El resto de las regiones tienen, como en el caso del Gran La Plata, niveles de pobreza por encima del 50% y de indigencia por sobre el 15%.