Una organización reclamó medidas para aplicar una Ley provincial vigente contra la pirotecnia y reducir los impactos en la salud, el ambiente y los animales.
En medio de las celebraciones y eventos masivos, el uso de pirotecnia volvió a quedar bajo la lupa en La Plata. Una organización ambientalista solicitó a los municipios de la región que refuercen los controles sobre la venta y utilización de fuegos artificiales, en línea con una ley provincial que prohíbe los de alto impacto sonoro.
El planteo es impulsado por la organización no gubernamental (ONG) platense Nuevo Ambiente y se centra en las consecuencias que generan estos artefactos en la salud de distintos sectores de la población. El reclamo se centra en que la persistencia de los estruendos afecta tanto a personas como a animales, incluso cuando su uso se limita a momentos puntuales del año.
La pelea por ruidos molestos y pirotecnia escaló en la madrugada de Navidad en Barrio Aeropuerto y derivó en un ataque a tiros que dejó un muerto.
Un joven fue agredido en el barrio de San Carlos en La Plata tras reclamar que la pirotecnia que asustaba a sus perros. El ataque quedó filmado.
La demanda no se limita a fechas festivas, sino que busca que el control se sostenga durante todo el año, ante actividades privadas u oficiales que incumplen la normativa vigente.
En la organización recordaron que la Ley Provincial N°15.406 regula la venta y el uso de pirotecnia de alto impacto sonoro. La norma fue sancionada con el objetivo de "proteger la salud, el bienestar de la población y el ambiente" frente a los efectos que provocan estos elementos.
En ese marco, citaron el Artículo 3° de la normativa, que establece la "prohibición" de la venta minorista, la comercialización ambulante y el uso recreativo de artificios pirotécnicos y de cohetería de alto impacto sonoro en toda la provincia. Además, señalaron que profesionales de la salud advierten sobre el impacto específico en niños con trastornos del espectro autista, personas mayores, hipoacúsicos e implantados y mencionaron estudios que describen los estruendos como experiencias traumáticas y alertaron por el daño que sufren los animales ante las explosiones.