En la previa de lo que será el estreno de Gimnasia en la Copa de la Liga en la tarde de este viernes ante Talleres en Córdoba, Pablo De Blasis, uno de los emblemas del equipo, recibió a 0221.com.ar en la intimidad del predio de Estancia Chica.
En una charla exclusiva con 0221.com.ar, Pablo De Blasis habló en la previa del debut de Gimnasia en la Copa de la Liga.
En la previa de lo que será el estreno de Gimnasia en la Copa de la Liga en la tarde de este viernes ante Talleres en Córdoba, Pablo De Blasis, uno de los emblemas del equipo, recibió a 0221.com.ar en la intimidad del predio de Estancia Chica.
El referente tripero habló por primera vez de la victoria que le permitió al Lobo salvarse del descenso y mantenerse en Primera, contó en qué momento sintió que la historia iba a terminar bien y se refirió además al rol que hoy cumplen los más jóvenes y cómo es el aprendizaje que llevan adelante para no volver a repetir la historia. El futbolista contó también por qué decidió volver, cómo lo vive en el día a día y hasta cuándo piensa quedarse.
Ansioso por el debut, De Blasis destacó el trabajo de Leonardo Madelón y su cuerpo técnico y destacó la unión del grupo como la clave para lo que se viene, con la mira puesta en los diferentes objetivos planteados para este 2024.
—¿Cuándo se terminó el desahogo por la salvación?
—En el momento que el árbitro terminó el partido la emoción inmensa de saber que todo había terminado, que estuvimos muy al límite y que esa era la confirmación de que nos habíamos sacado esa mochila.
- ¿Por qué dijiste que era un desahogo y no un festejo?
- Mucho no quise seguir hablando del tema porque fueron palabras justas que me salieron en ese momento, las sigo pensando, pero para seguir creciendo hay que dejarlas en el camino. Es un sentimiento que inconscientemente lo tenía en mi cabeza después de mucho tiempo y quizás de muchos años.
- ¿Por qué crees que se salvaron?
- Por la unión, algo que veníamos pensando en esa semana en cómo estaba el grupo, el staff, el cuerpo técnico, dirigentes, cómo estaba la gente con nosotros. Eso se fue formando una confianza, y generalmente estás más cerca del objetivo cuando vas sintiendo esa confianza.
Creo que cuando salimos a hacer la entrada en calor lo sentimos enseguida con Leo (Morales) el capitán. Ellos ya estaban dentro de la cancha y nosotros sentimos que la gente nuestra ya estaba muy metida y que estaban en la misma sintonía, son indicios que el partido puede estar a favor.
- ¿En qué momento sentiste que se salvaban?
- El gol de Nico (Colazo) en esos partidos que son muy trabados y hay muy pocos espacios y errores, cuando se abre decís que no la podés dejar pasar. De hecho, quizás de afuera se sufrió mucho pero adentro estuvo controlado salvo sobre el final, que lógicamente al ir con un gol de diferencia sufrís.
—¿Te acordás de un momento antes del pitazo final?
—Estaba muy metido en que los compañeros desde el banco levantemos a la gente que estaba apretando, pero en situaciones de tensión es lógico que todos estemos expectantes, pero todos queríamos seguir en esa unión, para empujar y empujar, y que se termine de lograr el objetivo. Lo que más me voy a acordar es la cara de los chicos del club que se bancaron todo el año en ese momento, no sabían si reír o llorar del desahogo, era una carga muy grande, por lo menos lo estaba notando en ellos, que cada mes y semana que iba pasando y el embudo iba apretando, ellos iban sufriendo mucho más. Como yo había vivido eso ahora lo estaba viviendo del lado de los más grandes. No estuve en el equipo que descendió, pero si en el de la primera promoción que estuvimos cerquísima, entonces sé que es un momento bastante crítico y las palabras eran más para eso, para que no vuelva a ser cíclico para estos pibes dentro de 10 años.
—¿Te imaginás mucho tiempo más en Gimnasia?
—No hay que tener pensamientos individuales, y acá hay que pensar más integral. Mientras pueda seguir aportando dentro y fuera de la cancha, que al club le sirva y a mí también, eso va a estar bueno para todos. Soy muy del día a día, si uno piensa en un año me voy, es como que pones plazos y por ahí no rendiste, no estuviste a la altura y te tenés que ir ya. Lo vas aprendiendo con el tiempo y lo que más quiero es aportar dentro de la cancha que es donde están los hechos.
—¿Cómo recibís el cariño por haber vuelto?
—Lo voy absorbiendo más con mis amigos y familiares que te lo hacen saber, pero también era una cuotita pendiente que necesitaba en este club que no me había ido de la mejor manera, que me vean en una buena versión. Se que había mucha expectativa por la edad que tenía y el nivel, pero cuando uno está seguro de lo que puede llegar a dar o aportar, tiene que pensar en eso, la experiencia te lo da un poco, no podés conformar a todos. Estoy para un determinado rol y trato de cumplirlo para que sea en beneficio. Era algo proyectado, sin un tiempo exacto, pero en el que tranquilamente, si puedo jugar tres o cuatro años más, no quería volver en los últimos seis meses para decir me retiré con la camiseta de Gimnasia. Es tratar de tener un buen recuerdo jugando y que la gente lo tenga de mí, a un nivel del fútbol argentino que te exige muchísimo.
—¿Qué encontrás en Gimnasia que te hace sentir bien?
—Los utileros son los mismos que hace 15 años, la misma esencia, el cambio en Estancia te motiva mucho más, los chicos te rejuvenecen, te actualizas hasta con los chistes. Hay cosas que te enteras que es mejor ir aprendiéndolas, porque si no quedas en el tiempo. Sobre todo seguir disfrutando de lo que más me gusta que es seguir jugando al fútbol, por donde pude jugar siempre priorice el prestigio por sobre la plata, porque una cosa iba a llevar a la otra. Para mi es prestigioso emocionalmente estar acá porque me llena todos los días. Que puedan ir mis amigos y familia a la cancha cada 15 días es espectacular, no sé cuánto va a durar ni nada, por eso disfruto mucho este presente.
—¿Van por el resurgir de Gimnasia?
—Es un modelo de equipo que tiene que ir en el día a día y en el partido a partido. Tuvimos buenos resultados cuando nos pusimos ese objetivo, cuando teníamos la soga al cuello, y creo que es una de las claves, jugar con esa mentalidad de que no hay un mañana, de que es el último partido y cuando termina, pensar en el siguiente. Creo que es la mejor manera, tenés que jugar al cien y dejar todo en cada partido. Creo que así, podemos empezar a contagiarnos nosotros, contagiar a la gente y se cree algo, que se vea que Gimnasia es durísimo y que va a sacar puntos en todos lados.
—¿Cómo es Leonardo Madelón como entrenador?
—Es muy parecido a cuando lo tuve hace 15 años, una persona que desde el día uno le vas a ver las intenciones, te va a decir la verdad. Eso hace que vos te abras y serle honesto, te va a pedir que dejes todo cada día con un plan simple que es más fácil para que 30 jugadores se pongan de acuerdo. Le hizo muy bien al club como aquella vez, y creo que está preparado para dar un paso más para que todos lo demos y seguir creciendo con él.
—¿Qué te parece la decisión de Leonardo Morales de quedarse?
—Después de conocerlo más tiempo, confirma lo que sabía de afuera y de las referencias que tenía de él. Es una persona que para tomar este tipo de decisiones tenés que tener un equilibrio de saber de dónde viniste y a dónde querés ir. Siempre vas a tener los pies sobre la tierra. Si bien él puede postergar, sobre todo en la edad del fútbol con una edad grande que se te puede ir el tren, porque sabe lo que quiere conseguir. Está muy cómodo en este club, es una persona muy importante y el capitán de un grupo que lo banca.
—Desde tu rol de dirigente: ¿cómo ves a los pibes?
—Están mucho más estimulados que en nuestra época, saben cómo cuidarse, la información que tienen del fútbol y la cantidad de partidos que pueden ver, en quién fijarse, lo que le da un editor del video, las cosas que hacen en el gimnasio o la nutrición. En ese sentido, te dejan muy buena sensación. Pensé que iba a encontrar otro tipo de cosas y la verdad que son chicos súper humildes que te escuchan todo el tiempo, tampoco que yo tengo que enseñarles, sino decirles lo que viví y qué es lo que conviene. Tuvieron que poner la cara de repente y la verdad se portaron como hombres y estuvieron a la altura.