En esa función de testeos físicos, de motivadores grupales y carismáticos en el trato con los jugadores, además de sus historias en el Pincha, tienen una misma puerta de inicio: el fútbol amateur, donde ambos hicieron docencia. Son los casos de Luis Martín a bordo de la Scaloneta, y el recordado Ricardo Echevarría cuidando detalles en el equipo del Narigón, aunque también siguió en otro ciclo, con Alfio Basile. Luis acaba de cumplir hace unos días seis años de trabajo en la Selección argentina, donde Ricardo completó el doble, doce años y con idéntica gloria.
Una cuenta rápida nos dice que, cada uno por su lado, les pusieron al pecho una Copa del Mundo y dos Copa América. Dos personalidades sensibles, humanísticas, que saben de la fineza del trato y llevan muy buena reputación en el círculo de las amistades. Echeverría, nacido el 18 de marzo de 1937, acarició el prestigio del escudo de la AFA en tiempos del mejor Diego Maradona, así como Martín, nacido el 2 de mayo de 1967, lo hace en éstos días en que brilla Lionel Messi.
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Diego Maradona junto al Profe Echeverria.
“No se trata de superar a nadie”, deslizó Luifa, desmarcándose de una comparación que sin embargo le llena de emoción. “En mi club seguimos el legado de los referentes desde el día que llegamos”, piensa a sus 57 años, la misma edad que tenía Echevarría cuando lo sorprendió la muerte el 24 de junio de 1995. “Papá murió el mismo día que su ídolo, Carlos Gardel, pero está dentro mío”, contesta su único hijo Gastón Echevarría, en diálogo con 0221.com.ar, desde Nueva York donde entrena en una academia de fútbol.
Estudiantes, la misma calle
Ambos profesionales de rimbombantes resultados tienen coincidencias de la más chicas a la más notables. Vivieron sobre la misma calle 19, en el caso de Ricardo, dentro del casco urbano, en un departamento justo en la esquina de 51, con balcón que daba la vista en su tiempo al ex Regimiento 7 de Infantería, actual Centro Cultural Malvinas. Luis es de la periferia, criado en 19 entre 528 y 529, Tolosa, en el corazón de un complejo de monoblocks (en el segundo piso D, de la columna 13). También conocidas por el barrio de La Favela, o su nombre original que adoptó el barrio al edificarse: La Plata Quinta. En esos campitos coincidió con un chico tres años menor, José Luis Calderón, quien será goleador de Estudiantes y llegó a jugar en la Selección argentina.
Ricardo Echevarría era un bebé de un año cuando sus padres se mudaron a La Plata; su cuna fue la Ciudad de Buenos Aires, en la calle Humberto Primo y Lima. De sus calles adoptivas siempre mencionó al colegio San José y al padre Domingo Miner, y especialmente adoraba a don Carmelo Di Pasquale, un docente de educación física y director de la colonia de vacaciones “Sábados Felices”, donde nació el apodo de Yacaré. Siendo joven iba a mirar, y ciertas veces se ponía a molestar, por lo cual terminó como ayudante y posteriormente empleado del club, como bañero y luego profesor de las divisiones menores.
“Le gustaba trabajar en la pileta y no salía del agua, y por sus ojos grandes, quedó el apodo”, asegura Gastón Echevarría, que detalló un cambio de rumbo inesperado cuando su padre estudiaba Odontología. “Don Carmelo le dijo ¿puede venir su madre que quiero hablar? Ella pensó que había tenido un problema, pero el director de la Colonia le recomendó que Ricardo no siguiera como dentista, ‘yo le veo carisma con los jóvenes, tiene que estudiar educación física. Mirá, mi viejo no se pudo recibir y mirá todo lo que ejerció, pero por sus enseñanzas te puedo decir que me dejó un post grado en la vida”.
Copa América de 1991 en Chile. De izq. a der Massa, Echevarría, Codina y Benrós.jpeg
Copa América de 1991 en Chile. De izq. a der: Massa, Echevarría, Codina y Benrós.
Fue entrenador de básquet, en el Club Atenas, Max Nordaux y el seleccionado de la Asociación Platense. ¿Cómo se cruzó con el fútbol? Miguel Ignomiriello —director técnico de la famosa Tercera que Mata en los años 60— volvió a Estudiantes en 1971 para tomar la Primera y coordinar a las juveniles, y mientras llevaba a sus hijos mellizos a la colonia, invitó al Yacaré a sumarse a trabajar con los planteles de menores. Luego, saltó a primera con José Silvero y Héctor Massa; los siguió en Colón de Santa Fe, hasta que volvió a Estudiantes para trabajar con Carlos Bilardo. A partir del doctor, Echevarría empezó a tutearse con los grandes resultados: Deportivo Cali (subcampeón de la Copa Libertadores), la Selección colombiana (no pudieron clasifican al Mundial de España), San Lorenzo y Estudiantes (campeones del Torneo Metropolitano 1982), y de allí al seleccionado nacional. Luego, presentado por “Cacho” Massa, el “Yacaré” conoció a Alfio Basile y arrancó otro ciclo de cuatro años en “el equipo de todos”. Su último club fue Atlético Madrid, también con el “Coco”.
Martín, por su parte, también cambió de rumbo universitario. “Había empezado a cursar en ingeniería casi por un mandato familiar, ya que era la carrera que siguió un ídolo como fue mi padre (N. de la R.: el santiagueño Oscar Martín, fallecido en 2023), pero él no había terminado y yo quería cumplir su sueño, pero me di cuenta que no era mi vocación, no pude avanzar, y además me puse a buscar trabajo”. Luis terminó el secundario en el Albert Thomas y a esa edad había iniciado su otro idilio, el de goleador. En la Liga Amateur Platense fichó para el club INDECO de Ringuelet, pasó por Villa San Carlos, en la D de la AFA, y a los 23 años tuvo la chance más grande en Los Andes, en la Primera B Metropolitana, pero el debut profesional del que se cumplirán 34 años el 22 de este mes (1-1 con Arsenal, en el Estadio Gallardón de Lomas de Zamora) fue muy fugaz, ya que volverá a ingresar otros veinte minutos en la fecha siguiente y no pudo continuar. Compartió vestuario con Carlos Ismael López, ex arquero que había ascendido con Gimnasia en 1984.
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Luis Martín junto a Lionel Messi
Nunca se lo vio acabado y siguió en Ligas del interior (siete en total, y en diez clubes) hasta los 39 años, cuando sus cabezazos y gran potencia definidora finalizaron en Everton de La Plata. Fue por sugerencia de Oscar Barroso (un recordado maestro de juveniles que pasó por Estudiantes en la década del ’70, supervisado por Bilardo) que Luis comenzó en la Facultad de Humanidades. El ídolo de Luis siempre fue Bilardo, y en algunas fotos de su juventud se lo ve luciendo un buzo de la Escuela de Fútbol que instituyó el doctor en nuestro país. Con el título en mano, primero trabajó en colonias de vacaciones, de la Municipalidad de La Plata, hasta que ingresó a Estudiantes, siendo docente de la Escuela de fútbol infantil. En 2012 lo eligió Alejandro Saggese (entonces DT de la Novena y hoy coordinador de todo el fútbol amateur). En 2017 pasaron juntos a la conducción de un Sub 15 de la Asociación del Fútbol Argentino.
Llantos por un sentimiento
El mundial Estados Unidos 1994 fue adiós a la leyenda del Maradona futbolista en una Copa del Mundo, en esa misma tierra en la que Messi ganó la última estrella, la Copa América, con sus lágrimas que enfocaban en la pantalla gigante del Hard Rock Stadium de Miami, agigantando su dolor en un tobillo. Entonces, para muchos argentinos de cierta edad, fue inevitable que la mente y el corazón no pasaran por el recuerdo de unas lágrimas de Maradona, en la final del Mundial Italia 1990, cuando a siete minutos del final Alemania se queda con el título con penal polémico y se hacía realidad una premonición de Diego: “Esta copa la va a tener que arrancar de nuestro corazón”.
Fue Echevarría el hombre que estuvo al lado del Diez en toda la ceremonia cuando su llanto era el desconsuelo de toda la Argentina y el Estadio Olímpico de Roma parecía el Olímpico de Munich, como decía entonces el comentarista Alejandro Apo. “Esa foto con Diego la enmarcamos y se la regalamos con papá, cuando Maradona decide volver contra Australia”, cuenta Gastón, de 53 años. Reconoció que no estuvo en la gesta de México 1986 ya que eran tiempos de estudiante secundario —en la ciudad de La Plata— y por eso “en todas las finales que vinieron no quise viajar por cábala”.
Distintos eran aquellos festejos de la selección a los últimos, en que los familiares pueden ingresar al campo de juego y saludar a los protagonistas, como en Qatar 2022 y Miami 2022 lo hizo la familia de Luis Martín, su señora Anahí y sus hijos Delfina y Tomás, que ingresaron con camisetas albicelestes y la bandera de Estudiantes.
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El Profe Luis Martín junto a su familia y Estudiantes presente.
Antes de concentrarse para este doble examen de Eliminatorias, Luis dialogó con 0221.com.ar y se refirió a la “imagen fuerte” en que Messi quedó empapado en lágrimas y visto por todo el estadio. “Estaba con un grupo de jugadores, a un costado del banco y fue realmente muy fuerte. ¿Por qué tenían que tomar esa imagen morbosa?”, se lamentó. “Después fue querer ganar por él, porque si hay alguien que dio tanto y no merecía eso es él, no solo por los títulos, sino por los millones de chicos y chicas que practican deportes inspirados por Leo. Deseaba con todo mi ser ganar ese partido después de una congoja tan grande”.
Otra vez un sentimiento que emparentan a los profesores Ricardo (con Diego) y Luis (con Lionel), “el querer cobijarlos” en una situación adversa, aunque distintas. Martín dijo que “mencionar a Echevarría es sentir emoción, aunque no tuve la posibilidad de tratarlo, pero es un referente en mi club Estudiantes, donde todos los que llegamos nos proyectamos desde un legado”.
Echevarría quedó en el cuadro de México 1986, y las conquistas continentales de Chile 1991 y Ecuador 1993; y Martín tiene el laurel eterno de Qatar 2022, y las alegrías en el plano americano de Brasil 2021 y Estados Unidos 2024. Además, tuvieron otra copa que amplió las vitrinas de la AFA y es la competencia conocida por Copa de Campeones Conmebo-UEFA. Echevarría la obtuvo en la era Basile (Copa Artemio Franchi), al superar por penales a Dinamarca en Mar del Plata, en febrero del ’93. Martín logró la Finalissima al golear a Italia en Londres, en junio del 2023. Quedaron igualados los dos profesores platenses en logros de mayores, pero el rubio llevó a su pecho otras medallas en juveniles: ganó el Sudamericano Sub 15 en San Juan, en 2017, y venció en el Sub 20 del Torneo de L’Alcudia, en 2018.