Franco Mastantuono sigue dando que hablar a su corta edad. Con 17 años y una admirable personalidad, marcó un tremendo gol de tiro libre, se hizo cargo de la pelota en su tercer superclásico y fue clave en una nueva victoria de River ante Boca.
En el superclásico ante Boca, Franco Mastantuono tuvo una tarde inolvidable, siendo clave con un increíble gol para River y una actuación que ilusiona.
Franco Mastantuono sigue dando que hablar a su corta edad. Con 17 años y una admirable personalidad, marcó un tremendo gol de tiro libre, se hizo cargo de la pelota en su tercer superclásico y fue clave en una nueva victoria de River ante Boca.
El equipo dirigido por Marcelo Gallardo venía de lograr un empate clave ante Independiente del Valle por la Copa Libertadores. Este domingo, el partido empezó con una clara intención del equipo millonario de ser protagonista y marcar los tiempos del partido.
La familia del exarquero de 80 años, que llevaba más de dos meses internado, había tomando la determinación de desconectar su respirador.
Por la fecha 15 del Torneo Apertura, River recibirá a Boca en una nueva edición del Superclásico y Nicolás Ramírez será el árbitro.
Desde el comienzo, Mastantuono se movió en todo el ataque, con su desfachatez propia del momento que vive y cierta inconciencia que le da la corta edad que tiene. Esto mismo sucedió cuando a los 25 minutos de la primera parte se hizo cargo de un tiro libre peligroso pero lejano del arco de Agustín Marchesin.
El "30" de River, que se formó en las inferiores y debutó hace un año en Primera División, agarró la pelota, la acomodó para su zurda prodigiosa y le pegó con una puntería envidiable.
Ante esto, el arquero xeneize no se tiró, pensando que se iba lejos, pero la parábola perfecta del balón hizo que, llegando a la zona de peligro, baje y se clave en el ángulo superior izquierdo para el 1 a 0 y el delirio del Estadio Monumental.
Ante esto, el joven se agrandó y se hizo cargo de todo. Pelotas detenidas, conducción, generación de fútbol y más. A pesar de eso, también cometió errores groseros, como cuando en el complemento comandó una contra mano a mano con un defensor y, en lugar de dejar solo frente al arco a Facundo Colidio, decidió rematar cruzado, llegando al área chica y malogró una jugada clara para extender el marcador.