Como parte del ciclo de entrevistas de 0221.com.ar con referentes de los clubes de La Plata, Martín Bruzzone habló a fondo del Club Universitario.
El dirigente Martín Bruzzone, recibió a 0221.com.ar en la tranquila mañana del Club Universitario, en la sede de Gonnetubicada en 14 y 501. Mate de por medio, en una de las oficinas del famoso Chalet, comenzó la charla acerca de la realidad de una de las instituciones más tradicionales de La Plata.
El actual miembro de CD jugó al rugby en Universitario durante casi 20 años, después fue entrenador 25 más. Y luego llegó la etapa de dirigente, en el que con un grupo entendió que cada deporte por sí mismo no se podía ordenar si no lo hacía el club. Por eso, empezó a participar.
En el inicio del ciclo lectivo, el club Universitario de La Plata vivió un día muy importante al inaugurar su colegio secundario.
Hoy cuenta con las sedes de La Plata y Punta Lara, además de la de Gonnet, y en 2019 dispuso su ingreso a la Ley de Salvataje de Entidades Deportivasdado que el Club, la misma institución que supo llegar a tener 22 mil socios, corría peligro de terminar en la quiebra, .
—¿En qué situación está?
—Estamos en un proceso de varios años de ordenamiento y saneamiento, en el que no estamos ajenos al contexto general pero el club está mucho más ordenado que hace unos años. La comisión directiva es un grupo de trabajo que viene ocupando distintos roles, sumando algunas personas y cambiando algunas caras, pero es un equipo que ya lleva 10 años gestionando. Tomamos el Club en una crisis muy importante con décadas de problemas de admiración con un déficit operativo de casi 30 años y ya hace 4 años entramos a lo que se conoce como la Ley de Salvataje de Entidades Deportivas que nos permitió normalizar el Club.
Hay un órgano de administración que trabaja con nosotros y podemos seguir gestionando el Club, y eso nos permitió ordenar la deuda histórica y nos da herramientas para ir organizando todo, como por ejemplo las cuentas que teníamos embargadas y limitaciones que nos complicaba mucho la gestión diaria. Tenemos todo en regla, los empleados cobran al día y el club está ordenado, además pudimos ir haciendo algunas obras. Estamos en un momento bueno, vinculado al crecimiento sobre todo de los deportes y la escuela, y en la etapa final de terminar con este proceso.
—¿El Club estuvo cerca de cerrar las puertas?
—En 2012 se fue a Concurso de Acreedores, y teníamos la Ley De Salvataje como alternativa a la quiebra, es una ley que es beneficiosa porque está pensada para el Club que surge por la situación de Racing en su momento. Es un esquema especial que genera un órgano de administración y te da tres años para ir normalizando el club. Si vos no normalizas o presentás proyectos, y si funcionás con déficit, la alternativa es una quiebra, pero acá podés ir defendiendo el patrimonio y te permite negociar.
Renovamos el ciclo de la ley, lo podés hacer hasta tres veces, hasta 12 años podés estar. Estamos en el segundo período, y la idea es en los próximos tres años o antes en lo posible, poder salir que significa que se concrete algunos de los proyectos que tenemos en las sedes, negociar con los acreedores y generar mecanismos para ingresos y sostener al club a lo largo del tiempo, no depender solo de la cuota social.
—¿Qué mirada tenés del aporte privado y las SAD?
—Por un lado, los clubes tienen que seguir siendo Asociaciones Civiles, todos somos socios y ex deportistas del Club. Trabajamos con concesiones y con socios comerciales como las canchas de pádel nuevas que tenemos, que hacen una inversión en el club, durante un determinado tiempo tienen la explotación, y eso nos permite brindar más servicios y son instalaciones que quedan en el club, y ese es el criterio que tenemos para asociarnos con terceros.
Lo mismo con el restaurante, que estuvimos 15 años sin tener uno propio para venir a comer como una alternativa gastronómica. Se gestionó un nuevo espacio que se llama Casa U, y más allá de que pague un alquiler, va haciendo obras como ampliar el restaurante para dar mejor servicio y la obra queda para el club, y estamos en la búsqueda de mejoras en la sede de Punta Lara.
Ahora estamos con un máster plan y tenemos una alianza estratégica con el estudio de arquitectura Clorindo Testa, y nos vienen asesorando donde determinamos los usos dónde se puede construir y de qué manera. Eso ya lo presentamos hace muchos años en Gonnet, y ahora en breve vamos a hacer lo mismo con Punta Lara, que es un proyecto ambiciosos de amarres en el puerto y generar uno en la sede y hotelería y gastronomía, en la búsqueda de un inversor. Es preferible asociarse con privados y no achicar las sedes, sosteniendo el patrimonio del club.
En la sede que tenemos en La Plata que hoy utiliza el vóley, también tenemos una para hacer un fideicomiso y generar algún desarrollo, manteniendo la sede, pero mudar todos los deportes a Gonnet y que se pueda hacer el estadio detrás de la escuela.
Este retiro del Estado de la gestión impacta fuerte en los clubes, por suerte tanto la provincia como el municipio siguen acompañando, pero si no tenés un apoyo de programas que generen condiciones de mejorar, es muy difícil. Estamos convencidos que tenemos un rol importante en la sociedad, no es solamente un lugar donde se da un servicio o se practica un deporte, por ejemplo, durante la pandemia, venía un grupo de deportistas a cocinar para diferentes instituciones, y también prestamos las instalaciones para distintas ONGs, hay que brindarse a la comunidad. Dar un espacio para que los pibes no estén en la calle, cuanto más se corra el estado, más importantes serán los clubes, los comedores y las asociaciones civiles.
—¿Te tomás un tiempo para ver todo lo que creció el Club?
—Perdemos de vista el Club que tenemos, más allá de que conocemos la historia, en un momento llegó a tener 22 mil socios: es un monstruo Universitario, es un club importante enserio, por eso estamos laburando para recuperar la vida social del club, y tenemos a la escuela que nos apalanca muchísimo y le volvió a dar vida al Club.
Lo que han sostenido todos estos años al Club son los deportistas, es un Club que era netamente social, tenía más ese perfil que deportivo, pero con las trasformaciones se convirtió en uno. Hoy los deportistas representan más de la mitad de los socios y esa es la otra pata, los que vienen todo el año y representan al Club, y ahora queremos empezar los proyectos de cada deporte, como hockey que quiere tener su cancha de agua.
—¿Qué rol tiene la educación y la contención?
—Es el proyecto más importante porque entendemos al Club como formador de un atleta, pero también en lo que te da el deporte la cuestión de autosuperación, trabajar en equipo, tolerancia y compañerismo, hacen al deporte, comenzamos con la idea de tener una escuela y empezamos con un jardincito hace 8 años con seis o siete nenes, recuperamos el chalecito que está en la entrada, lo pusimos en funcionamiento y ahora arrancamos el próximo ciclo lectivo con 300 chicos.
Inauguramos el secundario y son 300 familias que se integran al Club, el 90% ya hacen deportes o actividades acá, entran a la mañana y se van a las 8 de la noche, no se quieren ir los chicos. Están integrados y las familias están felices, y antes el Club estaba muerto hasta las 5 de la tarde, y ahora tenés vida desde las 8 de la mañana y es un proyecto que lo gestionamos desde cero, y es exitoso. Tenemos lista de espera en todos los cursos.
Además, el colegio tiene una buena calidad educativa y se genera en el boca a boca de la sociedad, más allá de lo que publiquemos, nos llegan comentarios muy positivos. Tenemos mucha demanda y está el proyecto para ampliar, por ejemplo, inauguramos dos bloques para el secundario que son las aulas, donde por ahora tenemos un curso por año y pensamos en hacer un nivel terciario.